Cada año la humanidad pierde un buen numero de especies -sobre todo vegetales- culpa de la contaminación, deforestación y, en menor medida, por el cambio climático. Por otra parte, los especialistas que recorren selvas y lugares inexplorados no dejan de reportar el descubrimiento de especies desconocidas hasta ahora. Te proponemos una recorrida por las diez especies más importantes, descubiertas en los últimos meses, una lista gentileza del Institute for Species Exploration.
Nuestro planeta tiene una enorme biodiversidad. Sus selvas, desiertos, tundras y llanuras rebosan de vida. Incluso en lugares con climas o condiciones tan extremas que, a primera vista parecerían absolutamente incompatibles con la vida pueden encontrase seres vivos. A pesar de que en la actualidad puede parecer que ya no quedan lugares del planeta sin descubrir, los investigadores no dejan de encontrar miles de especies nuevas cada año. “La mayoría de las personas no se dan cuenta de lo incompleto que son nuestros conocimientos sobre las especies que alberga la Tierra”, dice Quentin Wheeler, el director del International Institute for Species Exploration (IISE, o Instituto Internacional para la Exploración de Especies) de la Universidad Estatal de Arizona. Muchas de las criaturas encontradas el año pasado resultaron inusuales por algún motivo, lo que motivó al IISE y un comité internacional de taxonomistas – los científicos dedicados a la exploración y clasificación de especies – a compilar una lista con las diez principales especies descubiertas.
Pygmy seahorse: El nombre completo -en latín- de este pequeño “caballito de mar” es hippocampus satomiae, y fue descubierto en la isla Derawan (Indonesia). Se trata del más pequeño hipocampo de mundo, ya que de adultos tienen el tamaño aproximado de un grano de arroz. Solo unos pocos ejemplares sobrepasan el centímetro de largo y muy rara vez alcanzan los 15 mm de longitud. Todavía conocemos muy pocos sobre este caballito de mar, pero los científicos descubrieron que se alimenta de zooplancton, lo mismo que comen las enormes ballenas.
Tahina spectablilis: Se trata de una extraña variedad de palmera, capaz de nacer, crecer, y morir en solo tres meses. Esta enorme palmera tiene forma de abanico y fue descubierta en el nordeste de Madagascar. Hasta ahora solo se ha relevado una población total de 92 Tahina spectablil “adultas” y unos 100 retoños. Dado lo escaso de su número se han iniciado esfuerzos para proteger su hábitat natural. El lugar donde crece es básicamente un bosque bajo y seco que ocasionalmente puede inundarse durante la estación lluviosa, en un terreno ubicado al pie de colinas de piedra caliza muy erosionadas. Una vez que han madurado sus frutos y han sido recogidos por los lémures -que distribuyen sus semillas- la palmera pierde fuerza, su enorme estructura se derrumba despacio y, finalmente, muere.
Coffea charrieriana: Esta es quizás la planta más extraña de todas: se trata de un árbol que produce café sin cafeína. En efecto, la Coffea charrieriana es la primera especie de estas características descubierta en África Central, concretamente en Camerún. Es muy posible que su cultivo proporcione en el futuro un “café descafeinado” totalmente natural.
Microbacterium hatanonis: No hubo que organizar una cara y dura expedición en algún alejado rincón del mundo para encontrar a la “Microbacterium hatanonis”, llamada así en honor a Kazunori Hatano por su contribución con las microbacterias, ya que vive en los pulverizadores de laca para el pelo. Según Quentin Wheeler, “la mayoría de las personas no son conscientes de lo incompleto que es nuestro conocimiento de las especies de la Tierra o el ritmo constante al que los taxonomistas están explorando esta diversidad. Estamos rodeados de tal exuberancia de diversidad de especies que, a menudo, las damos por sentado”. Parece que la hatanonis es el más claro ejemplo del término “rodeados”: ha vivido en nuestros cosméticos -y pasado desapercibida- durante años.
Phobaeticus chani: Este insecto de Borneo no solo fue descubierto recientemente sino que ostenta el record de ser el más largo del mundo. En el Museo de Historia Natural de Londres se encuentra un ejemplar que mide 567 milímetros (más de medio metro). Sólo se conocen seis especímenes de Phobaeticus chani, y todos son originarios de una región de Borneo llamada Sabah. Es muy poco lo que se sabe sobre este insecto, aunque los científicos creen que encontrarán mas ejemplares en la parte alta de las selvas de la zona.
Leptotyphlops carlae: Con una longitud de solo 10 centímetros, la “Leptotyphlops” es la serpiente más pequeña del mundo. De hecho, si no la miras bien, puedes creer que se trata de un gusano o alguna clase de ciempiés sin pies. Se alimenta de termitas y larvas, su cuerpo es de color marrón oscuro con dos líneas amarillas, y no es venenosa. Pertenece a una clase de serpientes conocidas como “serpientes hilo”. El primer ejemplar fue hallado por Blair Hedges, un biólogo de Universidad Estatal de Pensilvania, debajo de una roca en un bosque de las islas de Barbados.
Selenochlamys ysbryda: Apodada “babosa fantasma”, la Selenochlamys ysbryda es una especie depredadora de molusco gasterópodo pulmonado sin concha que fue descubierta por primera vez en Gales por Ben Rowson y Bill Symondson, de la Universidad de Cardiff. Es de color blanco, no tiene ojos y mide unos 7 centímetros de largo. Digna protagonista de alguna película de terror “clase B”, la ysbryda es un carnívoro nocturno que se alimenta de lombrices utilizando sus dientes con forma de cuchilla. Su distribución territorial está siendo analizada para determinar si su presencia se torna invasiva.
Opisthostoma vermiculum: Este es el nombre de un extrañísimo caracol dotado de un largo caparazón flexible. Estamos acostumbrados a ver moluscos con conchas rígidas, pero el Opisthostoma vermiculum desafía todo lo conocido, siendo capaz de girar e incluso enrollar su cuerpo. Fue descubierto en Perak (Malasia).
Chromis abyssus: Se trata de un pequeño pez de color azul profundo y perteneciente a la familia de las damiselas. Si bien no destaca demasiado por sus características morfológicas- más bien todo lo contrario- su rareza reside en que, a diferencia del resto de sus “parientes”, es la única que habita en zonas abisales del Pacífico. Los ejemplares encontrados hasta el momento viven en la costa de la isla Ngemelis, en Palau.
Materpiscis attenboroughi: Este fósil de pez fue encontrado en las costas de Australia. El análisis detallado de los restos permitió encontrar una cría en su interior, como así también el cordón umbilical mineralizado. La especie recibió el nombre de Materpiscis attenboroughi en honor a David Attenborough por haber mencionado estos peces en su serie Life on Earth hace 30 años. El Materpiscis era un pez similar a los tiburones, del que no existen “parientes modernos”. Medía entre veinticinco y treinta centímetros y tenía unos dientes fuertes con los que trituraba invertebrados de concha dura como las almejas o corales.