Una de las “bibliografías” de la nota de la semana anterior fue un cuento de Ciencia Ficción de Ray Bradbury. En “El Peatón”, escrito en 1951, el gran escritor nos cuenta una historia que transcurre en el año 2052, en un mundo futurista dominado por las pantallas, donde todos están encerrado en sus casas mirando la televisión. En ese mundo ya casi nadie tiene momentos de reflexión, como sí le sucede a Leonard Mead, el protagonista, un escritor que siempre sale a caminar: “A veces caminaba durante muchas horas y kilómetros (…) y pasaba frente a las casas y parecía como si pasease por un cementerio; solamente algunos resplandores de luz de luciérnaga podían verse a través de las ventanas (…) nunca había encontrado a una persona que paseara como lo hacía él”. Sin embargo, esta actitud reflexiva resulta ser muy sospechosa para las autoridades. Por eso es que, en uno de sus paseos nocturnos, Leonard es detenido por un coche-policía-robot (el texto está resumido): “Leonard Mead dobló por una calle hacia su casa (…) un coche solitario apareció de pronto en una esquina y lanzó sobre él un cono brillante de luz blanca. (…) Una voz metálica llamó: —¡Quieto! ¡Quédese ahí! ¡No se mueva! ¡Arriba las manos, o dispararemos! ¿Ocupación o profesión? —Imagino que ustedes me llamarían un escritor. —Sin profesión —dijo la voz de fonógrafo, siseando—. ¿Qué estaba haciendo afuera? —Caminando —dijo Leonard Mead. —¿Caminando, solo caminando, caminando? —Sí, señor. —¿Caminando hacia dónde? ¿Para qué? —Caminando para tomar aire. Caminando para ver. —Pero no ha dicho para qué. —Lo he dicho; para tomar aire, y ver, y caminar simplemente. —¿Ha hecho esto a menudo? —Todas las noches durante años. —Acérquese —se lo escuchó decir al coche. Se oyó un suspiro, un chasquido. Se abrió la portezuela trasera—. Entre. —Un minuto. ¡No he hecho nada! —Entre. Miró adentro. Tal como esperaba, no había nadie en el asiento delantero, nadie en el coche. Mead se apoyó en la portezuela y miró el asiento trasero, que era un pequeño calabozo, una cárcel en miniatura con barrotes. Olía a antiséptico; olía a demasiado limpio y duro y metálico. No había allí nada blando. —¿Hacia dónde me llevan? El coche titubeó, dejó oir un débil y chirriante zumbido, como si en alguna parte algo estuviese informando, dejando caer tarjetas perforadas bajo ojos eléctricos. —Al Centro Psiquiátrico de Investigación de Tendencias Regresivas.” Esto escribía Bradbury en el año 1951. ¿Qué es lo que sucede hoy en día? Que las pantallas efectivamente nos están dominando, con la diferencia de que hoy son portátiles, por lo que podemos estar dominados por ellas en diferentes lugares, y no solo dentro de nuestros hogares. Hasta el próximo To bit or not to bit.
To bit or not to bit: tecnofobia y delincuencia, ¿una profecía anunciada por Ray Bradbury?
En la entrega anterior de esta sección hablamos de la posibilidad de que los Smartphones ya sean hoy día más inteligentes que algunos usuarios. Esto generó una saludable cadena de reflexiones por parte de nuestros lectores. ¡Es más interesante leer sus comentarios que la nota! Aprovecho entonces el TBONTB de hoy para compartir un breve fragmento de un cuento de Ray Bradbury, que viene muy al caso ya que habla de un mundo futurista dominado por pantallas, adonde el que no las mira puede ser considerado un delincuente. ¿Futurista? LOOL !!
Vamos a terminar todos presos!!!
Quise decir…..nadie va a ir preso! 🙂
Resulta que el no es el preso en va en camino a la "libertad", por decirlo de una forma. Mientras la masa sigue su vida tan habitual como siempre.
Es interesante la adopción de los avances tecnológicos de modo progresivo, volviéndose transformadores de determinada sociedad. Sin embargo, parece poco probable que el futuro al que nos estemos dirigiendo sea una criminalización de facto, es decir, que aparezcan leyes reales del estado para castigar a quien no consuma una determinada cantidad de tecnología. Parece que la discriminación pocas veces pasa de un nivel social límitado.
Creo que tiene mas que ver con considerar "sospechosa" toda actividad que se salga de la norma, en el fragmento todo el mundo vive encerrado viendo tele por lo que la accion del protagonista se vuelve sospechosa "¿que esta haciendo aqui? ¿por que no esta viendo tele como todos los demas?"
Creo que tiene mas que ver con considerar "sospechosa" toda actividad que se salga de la norma, en el fragmento todo el mundo vive encerrado viendo tele por lo que la accion del protagonista se vuelve sospechosa "¿que esta haciendo aqui? ¿por que no esta viendo tele como todos los demas?"
Gay
Por qué pusieron mi foto al final de la nota!!!???