¡Qué semanita, amigos! En la ciudad en donde vivo hubo temporales, inundaciones, muerte, destrucción y etc. Así que este es un To bit de emergencia, escrito baja la luz de una vela, al menos hasta que se terminó la batería de mi laptop, y luego con papel y lápiz (tecnología que es inmune a los cortes de energía). Nada mejor que la penumbra cuando se trata de hablar del infinito del universo y del sentido de la existencia. Y, claro, las respuestas a nuestro desafío de la semana pasada. ¡Sin dejar de lado el trolleo y el titulado exagerado! ¡Sepan disculpar las desprolijidades!
Y como si todo esto fuera poco, mi gata no tuvo mejor idea que subirse al teclado de mi portátil y hacer algunos desastres. Encima estaba escribiendo algunas ideas al paso en un Notepad, que como todos sabemos tiene un solo nivel de undo. No me pregunten cómo, pero borró casi todo. Así que, tomé aire y, en lugar de cometer un felinocidio, aquí se las presento en sociedad (de paso, compito con mi colega Max Ferzzola, que también anduvo posteando fotos de su gato):
La semana pasada hablábamos de la famosa placa que se envió al espacio, adosada a las naves Pioneer 10 y 11, en los años 1972 y 1973. Esta placa posee información, entre otras cosas, acerca de la ubicación y forma del sistema solar que incluye el planeta en donde vive la civilización que creó y puso en el espacio a dichas naves.
En nuestro To bit anterior habíamos preguntado qué tipo de “errores” podían encontrar los lectores en la placa. Muchos dieron en el clavo: estamos dando información acerca de la civilización que la envió, pero también sabemos que lo estamos haciendo con respecto a los conocimientos de la época en que fue creada. Si los extraterrestres usan los dibujos para guiarse y encontrar nuestro sistema solar, tal vez tengan una dificultad adicional, porque, según podemos ver, solo Saturno tiene anillos, y no los tienen Júpiter, Urano ni Neptuno. Esto no se sabía en la década de 1970. Y aparece Plutón como planeta, el cual fue “degradado” en 2006 a la categoría de “Planeta enano”, (básicamente porque, a diferencia del resto, no ha absorbido todo lo que se encuentra su paso en el recorrido orbital). Así que quienes se preocupan por una invasión, tal vez no sea tan riesgoso…
La ciencia y el sentido del universo
Esta placa es un ejemplo concreto de cómo funcionan los avances científicos, y cómo algo que se considera correcto en un momento, al momento siguiente queda superado por un nuevo concepto. ¿Cuánto tiempo faltará para considerar que nuestra visión actual del sistema solar sea errónea? ¿Qué opinan los lectores?
La cuestión es que, cuando uno empieza a discurrir por las dimensiones interestelares, inevitablemente se plantea cuestiones existenciales. Este link es muy interesante para darse una idea de las escalas, tanto micro como macroscópicas.
Después de un rato, todo se vuelve inabarcable, y lo micro se fusiona con lo macro: galaxias en colisión, mi cuñado babeando frente a la TV durante un encuentro de fútbol, estrellas de neutrones, el vecino que hace cagar al perro en la puerta de mi casa, puntos fríos del fondo de microondas cósmico… ¿Será como dice el gran Fernando Pessoa, “todo es lo mismo y nada importa”?
La pregunta que surge entonces es: “¿Por qué todo esto y no más bien nada?”.
La mejor respuesta que encontré hasta ahora, si bien un poco descorazonadora, es la siguiente:
“Existen dos posibilidades: que el universo exista o que no. Podía darse una de las dos opciones. Se dio la primera. Ese es todo el sentido del universo.”
Claro que uno podría ponerse a refutar esto en el plano subatómico, pero eso me suena más bien a querer evadir la contundencia de la afirmación.
Por suerte, al poco tiempo de empezar estas elucubraciones, volvió la energía eléctrica y volvieron a funcionar todos los adminículos tecnológicos a mi alrededor, que inmediatamente volvieron a complir su cometido de evitar la reflexión profunda. ¡Así que ahora los dejo porque mi smartphone me acaba de avisar que hay una actualización de uno de mis jueguitos preferidos!
¡Hasta el próximo To bit!