Cuidado. No importa qué tan inteligentes creamos ser, nuestros sentidos pueden ser engañados mucho más fácilmente de lo que creemos. Día tras día, nuestro cerebro –que se cree muy racional– es llevado con facilidad en direcciones diferentes a la que cree ir. Casi como quitarle un dulce a un niño. ¡Pero podemos enfrentarnos a eso! Y si además te decimos que esto tiene relación con extraterrestres, la caída de las Torres Gemelas o la materialización de la imagen de Jesucristo en la meada de un perro… ¿Te vas a perder esta nota?
La semana pasada hablábamos de los efectos de la apofenia y la pareidolia (fenómenos psicológicos por los cuales creemos ver imágenes o patrones en donde realmente no hay nada). Para refrescar rápidamente en tema, ¿Qué es lo primero que ves en estas fotos?
Esto parecería en una primera instancia ser algo simpático y hasta anecdótico, pero estos efectos son clave para facilitar los comportamientos irracionales, cercanos a las alucinaciones. Incluso, la percepción errónea de la realidad continúa aún cuando tengamos un conocimiento científico y/o datos que contradigan nuestra percepción. Sabemos que la primera fotografía es una cremallera. Sabemos que la segunda es una nube. Sin embargo, seguimos viendo otra cosa. Entonces, ¿qué queda para las personas que no suelen aplicar el pensamiento crítico, y para los crédulos y creyentes en general? Esto, sumado a que la actual sociedad de tecnología en red multiplica en forma instantánea los mitos, dogmas y leyendas, suele dar como resultado un cóctel explosivo que es aprovechado por los pillos de turno.
Christopher Fench, un psicólogo de la Universidad de Londres, hizo una experiencia en donde demuestra cómo, en muchos casos, nuestro cerebro puede a priori no percibir nada, pero alcanza con que nos sugieran un sentido para que empecemos a percibirlo. Para esto tomó una de las tantas canciones en donde el mito popular dice que hay terribles mensajes satánicos si la canción se escucha al revés (en este caso, “Stairway to Heaven”, de Led Zeppelin). Frente a un auditorio, reprodujo al revés la parte de la canción en donde se supone que está el mensaje nefasto. Nadie del público pudo reconocer frase alguna. Luego, French proyectó en el aula la supuesta frase, para que los asistentes pudieran leerla. Se volvió a escuchar el fragmento y, esta vez, todos se sorprendieron, diciendo que, efectivamente, esa frase era la que se escuchaba. ¡Bingo!
Es interesante observar que esto es muy ventajosos para ciertas comunidades religiosas, pero además no podemos dejar de notar que el marketing está bien pensado: no es casual la elección de un hit para la aparición de estos mensajes. ¿Qué sentido tendría elegir una canción fuera del Top 40?
Lo que sucedió en el experimento fue un clásico del procesamiento Top-down de la información (los que trabajan en informática saben de eso: **NERDITY WARNING** generalmente se trata de un árbol n-ario con sucesivos refinamientos).
En psicología se maneja un concepto parecido, solo que en este caso el algoritmo es procesado por nuestro cerebro. Iniciamos nuestra relación con los elementos del mundo exterior enfocando nuestra atención en la generalidad, y luego vamos percibiendo los detalles en refinamientos sucesivos. Si en ese proceso alguien dirije nuestra atención hacia donde desea (y nosotros somos permeables a esto), es inevitable que tarde o temprano terminemos percibiendo lo que el otro desea. Como dice la frase, “creer para ver”.
LAS PRUEBAS
Recopilemos algunos casos concretos, seguramente conocidos por los lectores. En 2004, la nave Spirit descendió sobre la superficie de Marte y comenzó a enviar fotos. Una de ellas mostraba esta imagen:
Una bonita foto de piedras sobre la superficie. Pero el solo hecho de que una de ellas tuviera una ligera semejanza con algo que nos recordara a lo humano hizo que se disparara una incontable serie de especulaciones, aún dentro de la comunidad científica, que fueron reproducidas hasta el hartazgo por los medios de comunicación aparentemente serios. Los que manejan sus negocios de noticias, OVNIs y similares, de parabienes. Ya que hablamos de marte, lo mismo sucedió con el famoso “roedor marciano”, no se olviden
Otra vez, miles de especulaciones por una piedra. O la “Cara de marte”, de la que ya se ha hablado en este sitio, uno de los primeros casos, registrados en 1976 por la sonda Viking, que derivó en kilómetros de texto en los medios.
A partir del 2001, nuevas exploraciones mostraron que la famosa “cara” no era tal, sencillamente con otro ángulo de incidencia de luz y más resolución… Se entiende el deseo de que no estemos solos en el universo. Pero tomemos otro ejemplo: el caso de la caída de las Torres Gemelas. ¿Qué mejor para sostener la historia oficial que la aparición de la cara de Lucifer en el humo entre las torres? ¿Entonces será que la carrera armamentista no tuvo nada que ver, sino que el Diablo apareció desde el averno y se ensañó con los estadounidenses?
¿Suena exagerado? En el archivo digital con información acerca del evento existe un área dedicada específicamente a estas imágenes.
¡CUIDADO!
De la misma manera que con las imágenes, muchos pueden distorsionar adrede la realidad para inducirnos a pensar como mejor les conviene. Y muchas veces estas predisposiciones son éticamente reprochables y derivan en actitudes prejuiciosas. Lamentablemente, hay mucha gente que no tuvo acceso a un nivel de educación para ejercitar el pensamiento crítico, pero, peor aún, gran parte de quienes tuvieron acceso a la educación prefieren evitar la incomodidad de pensar por cuenta propia, y eligen adherir a los prejuicios. Un cóctel infalible para que los estamentos del poder se froten las manos para mantener su status quo y acrecentar su dominio.
Y todavía no nos metimos con el área que tal vez más rédito ha sacado de la pareidolia: las religiones. Como un adelanto del artículo de la semana próxima, les dejo tal vez una de las noticias más freaks que circulan por ahí sobre el tema (atención a la parte en donde se habla de la “foto de Jesucristo”). Puede parecer gracioso, pero es un drama social.
Para terminar, un interrogante que espero sea respondido por nuestros eximios lectores: ¿No serán los artilugios tecnológicos que nos rodean, sino un medio cada vez más eficaz para que la vida llegue a transformarse en un continuo efecto pareidolia, en donde creamos estar todo el tiempo viendo cosas maravillosas, cuando en realidad (parafraseando a Pink Floyd, una de las “bandas satánicas”), nos vamos transformamos en otro y otro y otro ladrillo en la pared que nos va encerrando?
Y esto no termina acá… Seguiremos con el tema la semana próxima.
¡Hasta el próximo To bit!