Titan Quest es un juego de rol y acción, que sigue los pasos de Diablo pero en la Grecia antigua. Así como Grand Theft Auto III comenzó un nuevo género de acción, y es el estándar de comparación para todos aquellos juegos que siguieron la fórmula, lo mismo sucede con Diablo y los juegos de rol. Allá por el año 1996, Blizzard Entertainment (la misma de Warcraft y del popular World of Warcraft) lanzó el juego que cambiaría, para siempre, la forma en la que muchos conciben los RPG. Diablo agregaba elementos de acción a una fórmula que, hasta entonces, había sido estática y por turnos. Desde entonces han salido infinidades de clones, algunos mejores que otros, pero ninguno tan bueno como el original. Hoy, entre nosotros, tenemos otro clon de Diablo que, por suerte, es el mejor de todos.
Mitología de la mano de expertos
Titan Quest fue desarrollado por Brian Sullivan, co-creador de la exitosísima serie de estrategia en tiempo real Age of Empires. Como si fuese poco, el guión estuvo a cargo de Randall Wallace, escritor de Corazón Valiente (Braveheart) dirigida y protagonizada por Mel Gibson. De la unión de estos dos caballeros, uno no podría esperar menos que la perfección… pero Titan Quest está lejos de la perfección, a pesar de ser un excelente juego.
El argumento, influenciado (como es lógico) en la mitología griega, cuenta como los Titanes (los dioses antes de los dioses), han escapado de su prisión eterna para sembrar el caos en el mundo mortal. La batalla es clara: los antiguos Titanes quieren recobrar su poder y los nuevos dioses están dispuestos a conservarlo. La humanidad está en el medio, entre una batalla de poderes más allá de toda comprensión. Como mortales, entonces, debemos ayudar a los dioses del Olimpo a luchar contra los Titanes, de otra manera… el mundo como lo conocemos llegaría a su fin.
Para llevar a cabo tremenda odisea, visitaremos lugares como el Partenón (situado en la Acrópolis de Atenas y dedicado a la alabanza de Atenea), el Laberinto de Knossos (construido por Dédalo para aprisionar al Minotauro), los Jardines colgantes de Babilonia y las pirámides egipcias entre otras hermosas y míticas locaciones.
Y eso es justamente Titan Quest, el viaje de un héroe desde su nacimiento como tal hasta su momento de mayor gloria. Como les contamos, Titan Quest es muy, pero muy muy parecido a Diablo. La acción es idéntica: clic sobre el enemigo y pega, atajos para hechizos y pociones y bichos mitológicos por doquier, con el obligado jefe de tanto en tanto. Lo que diferencia a Titan Quest de Diablo es, además de la ambientación griega, un sistema de personalización de personajes único y el editor de niveles casi perfecto.
Las posibilidades para personalizar a los personajes, tanto en lo estético, como en sus habilidades y características, es grandiosa. Cada una de las armas o armaduras que le pongamos cambia su aspecto externo, de manera que difícilmente dos jugadores se parezcan (en caso de estar jugando en multiplayer). Pero lo realmente interesante es la manera en que Titan Quest maneja el árbol de habilidades, dando posibilidades de crear casi cualquier personaje con casi cualquier habilidad que queramos (ya que se nos da la posibilidad, a partir del nivel ocho, de hacer un personaje multiclase). No es raro, entonces, poder tener un mago que tire poderosas bolas de fuego, pero con los hechizos de soporte clásicos de un clérigo. O un mago/guerrero, letal por donde se lo vea.
Si el juego se torna un tanto repetitivo, cosa que puede suceder, no hay más que poner nuestras manos sobre el editor de niveles para crear mapas, sea para jugar en solitario o en multijugador.
El modo multiplayer nos ofrece la posibilidad de jugar con hasta cinco compañeros de aventuras (seis en total) y entrar en partidas comenzadas. El único problema de este modo es que, a diferencia de Diablo, los personajes NO SE GUARDAN en los servidores oficiales, cosa que podría incentivar a los tramposos que potencian sus avatares ilegalmente y entran en las partidas a crear más caos que los Titanes mismos.
Y, ciertamente, en Titan Quest abundan los sucesos adversos. Por un lado, al parecerse tanto pero tanto a Diablo, el estilo de juego puede ser un tanto aburrido y repetitivo con el tiempo.
El inventario es desastroso: los enemigos nos tiran decenas y decenas de objetos, pero el espacio designado para ellos es escaso y mal estructurado. Así que generalmente debemos escoger con sapiencia que llevar o no con nosotros, cosa que puede resultar frustrante si tenemos que dejar ítems poderosos en el camino. Además, incluso con un buen ordenador, el frame rate puede ser pobre, esto es más notable en el modo multiplayer.
Sobre los gráficos hay poco que decir, salvo que la ambientación está excelentemente lograda. Incluso en las resoluciones más bajas lucen como se espera que luzcan. Los sonidos ambientales son correctos y la música muy de acuerdo a la mitología griega. El problema son las voces de los personajes, por momentos poco inspiradas y hechas a desgano.
La campaña principal es larga y variada, ofrece muchísimas horas de juego y muchas sub-quest interesantes. Los enemigos están de acorde a la ambientación y es fantástico poder verse cara a cara contra oponentes que hasta el momento sólo los conocíamos por las fabulosas descripciones de los mitólogos.
Por el resto, Titan Quest es una excelente opción y, lo mejor, es que en Estados Unidos apenas cuesta… ¡20 dólares! Sí, es un budget game, como le dicen allá y aquí debería llegar a un precio igual de accesible.
Si lo compran, el primer parche ya está en línea y es necesario instalarlo para mejorar la experiencia de juego.
Titan Quest v1.08 to v1.11 Incremental Patch: mejora el espacio en el inventario, la performance en multiplayer y arregla unos cuantos errores más, de los tantos que plagaban el juego. Es imprescindible tener este parche para jugar Titan Quest.
Promedio: 84%
el titan quest esta muy bueno casi le llego a la final lo que me cuesta es matar al tercer telkine que se encuentra en el oriente adios y jueguenlo esta re piola
si viste yo estoy en nivel 33 y me falta matar al grandote titan de la final que tiene cuatro brazos