¿Recuerdas a Jaguar? Se trata de un superordenador ubicado en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, bajo el ala del Departamento de Energía. En su momento, Jaguar alcanzó un rendimiento máximo de 1,75 petaflops, que le permitió ser temporalmente el superordenador más rápido del planeta. En octubre del año pasado se anunció lo que sería su “evolución”, llamada Titan. El nuevo superordenador incluye procesadores gráficos Tesla en adición a los chips AMD Opteron actualizados, por lo que el rendimiento máximo teórico de Titan puede llegar a unos escalofriantes 20 petaflops.
De acuerdo a la última actualización de la lista Top500 publicada en junio pasado, el superordenador más rápido del planeta es el Sequoia, desarrollado por IBM para el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. Su rendimiento máximo se estacionó en los 16,32 petaflops, desplazando así a los 10,51 petaflops del sistema K japonés. El aumento de rendimiento que están registrando algunos componentes hacen que un superordenador sea capaz de recibir un drástico empuje en un tiempo relativamente corto. A modo de ejemplo, la primera vez que hablamos sobre Jaguar fue en 2009. El sistema estaba basado en el Cray XT5, con procesadores Opteron de seis núcleos. Por sí solo, Jaguar tenía un promedio de 1,75 petaflops, aunque su máximo ascendía a unos nada despreciables 2,3 petaflops. Sin embargo, su siguiente fase pulveriza a esos números.
El superordenador fue rebautizado Titan, un nombre que a decir verdad, le queda muy bien. El nuevo Titan parte de Jaguar, pero ahora está basado en un sistema Cray XK7, utilizando procesadores Opteron 6274 de dieciséis núcleos, y GPUs Nvidia Tesla K20. La memoria total del superordenador (CPU+GPU) es de 710 terabytes, y el conteo de núcleos se ubica en los 299.008 (18.688 nodos por 16 núcleos). Esta combinación de CPU y GPU le permite al Titan alcanzar niveles de rendimiento imposibles para su antecesor, y se estima que su máximo será de 20 petaflops (el 85 por ciento generado por las tarjetas Tesla). Como si eso fuera poco, Titan ocupa el mismo espacio que Jaguar, y su consumo de energía es apenas superior.
A menos que aparezca un nuevo sistema de aquí a la próxima publicación de la lista Top500, no quedarán dudas de que el superordenador Titan se convertirá en el más rápido de su clase. Cambio climático, energía nuclear, estudio de materiales y simulaciones de combustión serán algunos de los campos en los que operará el Titan. En 2011 se había anunciado que el costo de Titan era de 97 millones de dólares, pero imagino que por cuestiones inflacionarias, el costo debió haber sido mayor. Sin embargo, ya sabemos cómo funciona esto: Si lo construyen, es porque existe una demanda muy importante para esta clase de sistemas. Y al mismo tiempo, se instala la pregunta: ¿Qué podrá superarlo?