¿Cuál es el mínimo absoluto en materia de software moderno? ¿Cuánto podemos recortar para ganar rendimiento y extender la vida útil de equipos antiguos? El sistema operativo es un componente fundamental al momento de resolver estas dudas, y una de las primeras sugerencias en la Web es explorar el universo Linux… pero hemos notado que las distros más populares aumentaron su tamaño de manera significativa. Una de las excepciones más interesantes es Tiny Core Linux, que sigue ofreciendo un build especial por debajo de los 20 megabytes, acompañado por una imagen de instalación que no supera los 250 megabytes.
Ningún usuario de Linux lo piensa dos veces al recomendar su distro favorita, y más allá del inevitable «fanboyismo» en la Web, lo cierto es que hay argumentos bastante sólidos para elegir una sobre otra. Sin embargo, Linux también simboliza exploración y aprendizaje. Me refiero a luchar con dependencias extrañas, navegar documentación obsoleta, insultar a la terminal por un error inesperado, y celebrar cuando todo funciona correctamente. Muchos proyectos se han enfocado en crear «guardarraíles» para los nuevos usuarios, pero si quieres ensuciarte las manos este fin de semana, deberías descargar una copia de Tiny Core Linux.
Tiny Core Linux, y el arte del «Linux ultracompacto»
Si el nombre resulta familiar, es porque lleva más de 15 años entre nosotros. Tiny Core Linux es una creación de Robert Shingledecker, también conocido como el desarrollador principal de Damn Small Linux, pero hoy han tomado caminos muy diferentes. Mientras que DSL regresó con un perfil más cercano al de las distros convencionales, Tiny Core Linux mantiene su filosofía intacta: Un entorno ultracompacto que se carga en memoria RAM, con aplicaciones dentro de una sección persistente.
La instalación estándar de aplicaciones no se lleva a cabo con un clásico apt-get o similar, sino que la aplicación Apps (valga la redundancia) es una especie de tienda, y se encarga de obtener tanto el software como todas las dependencias necesarias. De hecho, las aplicaciones se comportan de una manera que nos recuerda a extensiones, con el formato .tcz. Si prefieres un método más tradicional de instalación, deberás familiarizarte con el comando tce-load y sus modificadores.
Tiny Core Linux está disponible en tres sabores: Core, el sistema base sin interfaz (17 MB), TinyCore, que agrega extensiones X/GUI para instalar un entorno gráfico más tarde (23 MB), y la versión recomendada CorePlus, con múltiples administradores de ventana, soporte WiFi, configuraciones de teclado alternativas, y drivers adicionales que mejoran su compatibilidad de hardware (248 MB).
Aún así, la distro no está pensada para principiantes. Si bien hace un buen trabajo evitando conflictos durante la configuración de su software, hay muchas cosas que requieren intervención manual, desde la instalación de un navegador web (Firefox, en este caso) hasta la correcta reproducción de audio (ALSA, Pulseaudio, etc.), y la carga de extensiones al inicio. En lo personal, jamás logré que Firefox funcione correctamente en YouTube, pero tuve mejor suerte con la reproducción offline vía VLC Player.
Los requerimientos de Tiny Core Linux son insignificantes (los documentos oficiales hablan de un 486DX con un mínimo de 46 MB de RAM), y también existen versiones para Raspberry Pi y otros ordenadores ARM. ¡Enlace más abajo!
(N. del R.: La página oficial usa HTTP, y los navegadores modernos tienen algo para decir al respecto…)
Sitio oficial y descargas: Haz clic aquí