Hay ocasiones en las que el mundo de la tecnología nos presenta accesorios muy interesantes, pero en otras, todo parece indicar que el efecto placebo se ha escapado de la jaula por una cuestión de mercadotecnia. Así es como nos cruzamos con el Thync, un dispositivo no-tan-vestible que el usuario se coloca sobre la ceja derecha para modificar su estado de ánimo a través de la estimulación eléctrica. Thync tuvo una buena recepción en el CES 2015, y ha recibido mucho dinero de inversionistas, pero la pregunta es: ¿Funciona?
Si alguien me pidiera escribir sobre el estrés, honestamente no sabría por dónde empezar. Mi problema en particular es que tengo un verdadero don para la somatización, y así es como debo cruzar espadas con dolores y molestias que no tienen una causa física. «Está todo en tu cabeza» es una frase que se repite en todas partes, y para la que se postulan diferentes soluciones, psicológicas, químicas, ambientales, o una combinación de ellas. Después están los que creen en soluciones tecnológicas. No es la primera vez que hablamos sobre «hackear el cerebro» y probablemente no sea la última, pero hay una diferencia muy grande entre recopilar información publicada bajo diferentes estudios, y desarrollar un producto comercial.
En esta oportunidad, el «producto» se llama Thync. El pequeño dispositivo ha estado haciendo sus rondas entre la prensa especializada desde octubre pasado, tuvo un paso muy positivo por el último CES, y de acuerdo a la compañía, se han realizado más de tres mil pruebas individuales. La promesa de Thync no es otra más que cambiar nuestro estado de ánimo con un toque sobre la pantalla de nuestro smartphone. El módulo principal posee un transmisor Bluetooth que permite su enlace al teléfono, y trabaja acompañado por una tira adhesiva que se coloca sobre la ceja derecha y en el cuello. Las dos opciones de la aplicación Thync son «Calma» y «Energía», pero el CEO de Thync Isy Goldwasser ha explicado que la estimulación no se lleva a cabo directamente sobre las neuronas en el cerebro, sino sobre la piel en nuestra sien, activando la llamada «reacción de lucha o huida» para modificar de manera indirecta nuestro estado emocional.
¿Dudas? Debo decir por docenas, pero Thync recibió 13 millones de dólares para el desarrollo del producto, y definitivamente no es vaporware. ¿El precio? 299 dólares por cada módulo. Las tiras adhesivas dejan de funcionar luego de varios usos, y el paquete de cinco (ya sean «Calma» o «Energía») costará veinte dólares. El lanzamiento inicial entregará las primeras unidades durante este mes, y se espera una disponibilidad completa para el mes de octubre. Llámenme escéptico, pero no puedo cerrar la puerta del todo. Si en verdad Thync funciona y puede ayudar a alguien, bienvenido sea.