Son pocos los títulos que se pueden esperar con tanta expectativa. Son pocos los juegos que nos obligan a llevar a cabo tortuosas sesiones, renunciando a todo compromiso social y fisiológico hasta no ver el final. Son contadas con los dedos las secuelas que realmente nos hacen dejar blancos nuestros nudillos de tanto apretar nuestros puños, aguardando su llegada. Tenemos por delante casi un año con grandiosos títulos en el horizonte, pero allá a lo lejos, el objetivo es claro: Nos vamos para Skyrim… The Elder Scrolls regresa.
Debo reconocer que soy un seguidor “impuro” de la saga The Elder Scrolls, ya que mi primera exposición a la misma se llevó a cabo con “Morrowind”, la tercera entrega. Por suerte, la forma en la que terminan los títulos permite partidas independientes, que si bien hacen referencia a los hechos anteriores, no resulta crítico para el desarrollo del “nuevo” juego. De esta forma fue que hubo en realidad poco y nada de los implacables desiertos de Morrowind en la establecida civilización que Cyrodiil desplegó ante nuestros ojos en Oblivion, más allá del ocasional elfo oscuro recorriendo las ciudades imperiales, incluso algunos establecidos y con sus propios negocios. No han sido pocas las amenazas que han intentado devorarse a Cyrodiil y sus provincias anexadas. Pero esta vez, lo que esta por aparecer supera por mucho a los enemigos previos, y en cuanto a la región afectada, bueno, digamos que va a caer mucha nieve.
El trailer lo ha expresado todo: Los Elder Scrolls anticiparon su regreso (de la misma forma que anticiparon otras tantas cosas). Después de que los portales de Oblivion fuesen abiertos, ellos regresarán, y los hijos de Skyrim deberán derramar su sangre. Aquellos con el poder para que Dagoth Ur parezca un vendedor de flores, y Mehrunes Dagon apenas un niño con un berrinche. Hablamos de los dragones, que después de haber sido supuestamente eliminados por los Tsaesci y desplazados por los “corredores de los acantilados” (condenados bichos, eran plaga en Morrowind), se dice que buscaron refugio en Cyrodiil, convirtiéndose así en sagrados para el Imperio. Son varias las referencias en las que dragones han salido a la defensa del Imperio, pero por lo que se puede apreciar hasta aquí, el “armisticio” va a terminar muy mal. Aún así, y como es costumbre con cada Elder Scroll, con cada problema que aparece, también surge aquel que lo puede solucionar. En Morrowind fue el “Nerevarine”, en Oblivion, el “portador del Amuleto”. En Skyrim, se llamará “Dovahkiin”.
Nuevamente, el juego promete un contenido excelente, no sólo a nivel de gráficos (ya que tendrá un nuevo motor), sino también a nivel de voces. Algunos ya deben haberse percatado, pero quien hace la narración del trailer no es otro más que el casi mitológico Max Von Sydow, quien honestamente no necesita presentación, desde Flash Gordon y Conon the Barbarian hasta la última versión de Robin Hood y la adaptación al cine de “The Girl with the Dragon Tatoo”. Lo peor de todo va a ser, sin lugar a dudas, la espera. El trailer anuncia el lanzamiento de The Elder Scrolls V: Skyrim para el 11 de noviembre de 2011. La presentación oficial fue el 11 de diciembre, estando exactamente a once meses, con el 11-11-11 como fecha de presentación. O en Bethesda tienen una obsesión con los juegos de números, o es una de las casualidades más grandes que hemos visto. Mientras tanto, nada mejor que darle una buena repasada a Oblivion, especialmente con la enorme cantidad de parches que mejoran su apariencia hoy.
