Imagina un proyecto de película independiente como tantos otros. Todo el equipo se reúne, el plan de batalla comienza a desarrollarse… hasta allí suena bien, pero descubres un detalle inesperado: Su director es ciego. El organizador, el líder, el número uno responsable por la creación de esa película de principio a fin, no puede ver. Eso es lo que vivió Joseph M. Monks. La película se llama The Bunker, y fue la primera en ser dirigida (¡y terminada!) por un director ciego.
Actores, equipo técnico, guión, producción, desarrollo. Mantener en equilibrio y en funcionamiento a estos delicados elementos es una tarea titánica para cualquier director, aún en su mejor estado físico y mental. Ahora… piensa en un director ciego. No parcialmente ciego, sino ciego «luces apagadas», víctima de la retinopatía diabética. ¿Por dónde comienza? ¿Cómo se organiza? El directo en cuestión es Joseph M. Monks. Los fans del género de horror tal vez recuerden su nombre por el clásico y provocativo cómic Cry for Dawn de 1989. La mayor parte del elenco y el equipo de su proyecto The Bunker descubrió que Monks no podía ver durante la primera reunión de pre-producción. Monks dijo que harían historia, porque nunca una persona ciega había dirigido una película antes…
(N. del R.: Declaramos al trailer NSFW, por precaución)
The Bunker: Creada por un director ciego
El entusiasmo no resultó tan contagioso. Al menos tres personas abandonaron el proyecto de inmediato, y un par más se retiraron al poco tiempo. Suena contradictorio, imposible incluso. ¿Un director que no puede ver? La réplica de Monks fue contundente: Puedes perder la vista, pero no la visión. Al hablar de calidad, la recomendación para The Bunker es reducir expectativas. «Hija que odia a sus padres ricos y políticos escapa de casa y termina secuestrada por un asesino serial» no es lo más original del mundo, y las limitaciones en el presupuesto se hacen sentir con cada cuadro, pero detrás de esa trama encontramos pura determinación, a pesar de las dificultades y el rechazo natural del mainstream.
Monks reconoce una dosis de obstinación mezclada con estupidez. En el espacio de los cómics las cosas no le iban mal, pero ya tenía cierta experiencia en cine estando ciego, escribiendo guiones y desarrollando pilotos. ¿Qué era lo peor que podía pasar? En la mente de Monks, que el resultado final fuera terrible, pero eso no lo detuvo. The Bunker también debió atravesar un errático proceso evolutivo. En un principio, la trama fue diseñada para formato cómic. Después pasó a historia corta, y finalmente se convirtió en película (Monks admite que no era su primera opción). Sin embargo, el director revela que una dificultad mayor fue convencer al público de que dirigió la película. El «detrás de escenas» acumula unas 40 horas de vídeo, o sea que existen pruebas.
Y la gran pregunta: ¿Cómo se siente al saber que nunca podrá ver la película terminada en una pantalla? Monks destaca que «ya pasó suficiente tiempo» con The Bunker, pero que le encantaría ver dos escenas muy intensas en particular. ¿Quieres saber cuáles son? Deberás conseguir una copia.
Fuente: Mel Magazine