La detección precisa del VIH, al igual que sucede con muchos otros virus y bacterias, comienza con un análisis de sangre. Por cuestiones lógicas, los médicos siempre solicitan que el paciente cumpla una serie de condiciones antes de proceder(«ir en ayunas» es algo bastante frecuente), pero en lo que se refiere al VIH, eso podría no sea necesario en el futuro gracias a un nuevo dispositivo desarrollado por el Imperial College London y DNA Electronics, el cual con la forma de una memoria USB sólo necesita una gota de sangre para medir los niveles de VIH-1.
Siempre he visto a los medidores de glucosa como fascinantes dispositivos. Por supuesto, no todo lo que brilla es oro en ellos (materiales propietarios de los fabricantes, etc.), pero en cuestión de segundos le brindan al usuario información básica para seguir adelante, o entrar en contacto con un especialista. Durante años nos hemos preguntado si el mismo concepto se puede trasladar a otra clase de estudios. Un sistema con semejante facilidad de uso le daría a los médicos una ventaja considerable al momento de realizar sus diagnósticos, sin olvidar el ahorro en tiempo e insumos. Sin embargo, después de varias promesas vacías y el ocasional prototipo, aún necesitamos del clásico proceso para saber qué sucede en nuestro cuerpo. Lo que tenemos aquí hoy sigue una línea similar a la del medidor de glucosa, pero se enfoca en algo tan crítico como es el VIH.
De acuerdo a la información disponible, el nuevo dispositivo desarrollado por el Imperial College London y DNA Electronics sólo necesita una gota de sangre y 30 minutos de ventaja para brindar resultados sobre los niveles existentes de VIH-1. De hecho, el estudio coloca el promedio en 21 minutos sumando un total de 991 muestras. Lo más interesante es que se conecta a un ordenador como si fuera una memoria USB, lo que garantiza una alta portabilidad y compatibilidad en comparación con los métodos tradicionales.
El dispositivo funciona midiendo el cambio en los niveles de acidez asociado a la presencia de VIH-1. Un chip integrado convierte la información recibida en señales eléctricas, que a su vez son interpretadas vía software en un ordenador, un smartphone o una tablet. Lo que todavía necesita mejorar en el dispositivo es la precisión. El texto nos habla de una sensibilidad del 95 por ciento «in vitro», pero del 88.8 por ciento «en el chip», o sea que aún no se encuentra en un nivel lo suficientemente alto para reemplazar a las pruebas de laboratorio. En esencia, deberíamos verlo como un monitor complementario, que es el mismo rol ocupado por el medidor de glucosa en estos días.