Alan Turing (1912-1954) fue un matemático especialista en lógica y criptografía, cuyo nombre ha trascendido el ámbito académico gracias a su universalmente famosa “Prueba de Turing”, que intenta determinar si una maquina es capaz de pensar, o no. El próximo domingo, seis programas informáticos intentarán superar la prueba y demostrar que pueden hacerse pasar por humanos. ¿Lo lograrán?
¿Pueden pensar las máquinas? Quizás Alan Turing haya sido la primera persona en formularse seriamente esa pregunta. El gran matemático inglés, hace más de medio siglo, y mucho antes de que los primeros ordenadores se hubiesen construido, se planteó el problema de cómo saber si una máquina era capaz de pensar o no. Luego de años de investigaciones y análisis, mientras se dedicaba a machacar códigos militares alemanes en plena Segunda Guerra Mundial, Turing concibió una prueba que podría determinar si un ordenador era capaz de tal hazaña.
Para superar la prueba de Turing, una máquina debe ser capaz de engañar a un juez que intercambia mensajes de texto con ella. Mediante una interfaz similar a la de un programa de mensajería instantánea, el software que se está sometiendo al examen debe llevar adelante una conversación sobre cualquier tema que su interlocutor humano elija. Sus respuestas deben ser lo suficientemente realistas como para que el juez sea incapaz de distinguir si está “conversando” con un humano o con una inteligencia artificial. Si esto ocurre, y las respuestas son indistinguibles de las de un humano, se dice que el software ha superado la prueba de Turing y que puede “pensar“. Sí, algo similar a lo que sucede en el juego Chatroom que recomendamos hace un tiempo.
Dejando de lado la cuestión de si tal comportamiento es realmente una forma de pensamiento o no, lo cierto es que aún no se ha podido escribir un software capaz de superar sin lugar a dudas la prueba propuesta por Turing. Sin embargo, hay seis candidatos que este domingo se someterán al escrutinio de los jueces, y sus creadores tienen muchas esperanzas puestas en ellos. Las entidades artificiales han sido bautizadas Alice, Brother Jerome, Elbot, Eugene Goostman, Jabberwacky y Ultra Hal, y responderán a las preguntas formuladas por voluntarios humanos en la Universidad de Reading.
En caso de que alguno de estos programas tenga éxito será aclamado como el más importante avance en la inteligencia artificial de la última década. Ya han pasado más de 10 años desde que el superordenador IBM Deep Blue logró vencer al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov en 1997, y los expertos en IA están buscando un nuevo hito.
Luego vendrán, seguramente, los planteos éticos. Si una máquina supera la prueba de Turing y determinamos que (de alguna manera) es “consciente”, ¿tenemos los humanos derecho a desconectarla? El profesor Kevin Warwick, un especialista en cibernética cree que se tratará de un tipo de inteligencia diferente a la humana, como la que puede tener un murciélago o una rata, y por lo tanto su desconexión equivaldría a matar a uno de estos animalitos. Por lo pronto, es muy posible que uno de los seis competidores se lleve a casa los 100.000 dólares y la medalla de oro del Premio Loebner en Inteligencia Artificial. Luego veremos si pueden o no desconectar el ordenador para irse a casa.