Quienes sigan de cerca las novedades sobre misiones espaciales seguramente deben estar al tanto de que la misión ExoMars, a cargo de la ESA y la Agencia Espacial Federal Rusa, llegó a Marte. La buena noticia es que el satélite TGO, Trace Gas Orbiter, completó con éxito la maniobra requerida para ingresar a la órbita del planeta rojo, y podrá comenzar con sus tareas. La mala es que aún no tenemos detalles sobre el módulo EDM (Entry, Descent & Landing Demonstrator Module) que debía aterrizar en la superficie marciana…
La misión ExoMars no es ajena a los problemas que digamos. Debió luchar con uñas y dientes por el presupuesto, en especial después de que la NASA retiró su apoyo financiero (debido a los recortes del gobierno de Obama para terminar al telescopio James Webb), y ahora, su siguiente batalla es contra la incertidumbre. Los dos elementos principales de la misión, el satélite Trace Gas Orbiter y el módulo EDM hicieron su trabajo perfectamente hasta el último 16 de octubre, cuando ambos se separaron. El módulo, también conocido como Schiaparelli, fue programado para llevar a cabo una secuencia automática de aterrizaje, ingresando a la atmósfera marciana 107 minutos después de que el TGO comenzara su propia maniobra de inserción orbital.
La ESA confirmó ayer que el TGO completó con éxito la maniobra tras una quema de 139 minutos, y se encuentra en una órbita elíptica estable alrededor de Marte. Lamentablemente, no pudo hacer lo mismo con el módulo. Después de siete meses de viaje espacial y unos 500 millones de kilómetros, sería un golpe muy duro para los responsables descubrir que el módulo se perdió durante el descenso, pero no es posible llegar a esa conclusión aún. Schiaparelli cuenta con una serie de baterías que deberían mantener en línea sus operaciones por un mínimo de 72 horas, y si a eso le sumamos las varias «ventanas» que se establecieron con la misión Mars Express, el MRO y la sonda MAVEN de la NASA, las oportunidades de comunicación son muchas… asumiendo que el módulo esté en buenas condiciones.
La ESA indicó que dentro de pocas horas dará una conferencia de prensa en su Centro de Operaciones ubicado en Darmstadt para brindar una actualización sobre el estado de la misión, por lo tanto, es lógico asumir que nadie va a dormir en esa sala de control, y vivirán a café intravenoso hasta que posean datos sólidos. Desde aquí les deseamos lo mejor, y esperamos que el responsable haya sido algún capricho de software fácil de corregir por este inesperado silencio. Además, el TGO se encuentra muy bien, y tiene mucha ciencia por delante.
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