Algunos de nuestros lectores deben estar pensando: «¿Qué clase de título es ese?» Pero no se preocupen, hay una razón detrás de esa locura, y es la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. Investigadores y entusiastas tendrán las manos llenas durante años gracias a la liberación de unas 12 millones de páginas cuyo contenido había sido clasificado por la CIA. ¿Qué hay en esos documentos? Avistamientos de OVNIs, telepatía, MKUltra, crímenes de guerra, intentos de asesinato… ¿por dónde empezamos?
Tal vez sea un buen momento para decir «el agente Mulder tenía razón», pero algunas expresiones se quedan en el camino cuando la realidad supera a la ficción. Los métodos de la CIA, sus técnicas, estrategias, influencias, acciones y efectos dieron lugar a miles de teorías y conspiraciones durante sus 69 años de existencia. Hombres de negro en el desierto, platos voladores, control mental, experimentos con drogas, armas especiales, ejecuciones, financiación de estados satelitales… todo lo que la CIA consideró que valía la pena ser ocultado del público, terminó con un enorme «Clasificado» en su cubierta y guardado en un oscuro rincón. Pero el siglo XXI se mueve con otras reglas, y las peticiones de acceso a la información generan mucha más presión que antes.
Eso llevó a la CIA a liberar entre 12 y 13 millones de páginas previamente clasificadas, para su posterior publicación en la Web. Todo comenzó en el año 2000 con la creación de una base de datos (bajo orden del gobierno de Bill Clinton en 1995) bautizada CREST, la cual sólo permitía buscar los títulos de los documentos, y quien deseara ver el contenido completo debía trasladarse a Maryland para pedir acceso a uno de los únicos cuatro ordenadores disponibles. Además del brutal proceso burocrático, la autorización también tenía un límite diario de tiempo, de las 09:00 a las 16:30. Frente a estas trabas, el grupo periodístico sin fines de lucro MuckRock demandó a la CIA bajo los parámetros de la FOIA (Freedom Of Information Act), pero la agencia dijo que el contenido completo de CREST sólo podría ser entregado en seis años y 1.200 discos compactos, siempre y cuando se realice un pago de casi 110 mil dólares para cubrir gastos. A esto debemos sumar el Kickstarter del periodista Michael Best, cuyo objetivo era imprimir los documentos uno por uno.
Ante la posibilidad de verse obligada a asimilar los costos de tinta y papel, la CIA tuvo un estímulo adicional para colocar todo el material online. La agencia confirmó esa decisión en noviembre de 2016, y aunque parezca mentira, cumplió con su palabra. En resumen: Hay medio siglo de archivos desclasificados esperando a ser estudiados. Ahora, no todos fueron sometidos a ese proceso, y técnicamente la FOIA permite aplicar el concepto de clasificación retroactiva (no sé qué tan bien funcionaría eso con archivos online), pero hay algo mucho más interesante en el horizonte: Si la salud y el tiempo nos ayudan, en octubre de este año veremos la liberación de los archivos vinculados al asesinato del presidente John F. Kennedy.
(N. del R.: Como era de esperarse, el buscador de CREST funciona de forma errática)