He visto casos en los que la matemática puede ser una verdadera pesadilla para los estudiantes. Y no me refiero a que simplemente “cuesta un poco más” de lo normal, sino a que en algunos casos no se logra alcanzar ningún grado de cooperación entre el cerebro y los números. Ahora, ¿se podría mejorar esta situación estimulando el cerebro de un modo no invasivo? De acuerdo a científicos del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, sí. La técnica se basa en aplicar ruido eléctrico sobre regiones específicas de la corteza, acompañado por entrenamiento cognitivo. El resultado es una estimulación que incrementa la velocidad de cálculo y el aprendizaje aritmético por un largo período de tiempo, sin causar dolor ni molestias.
La idea de estimular el cerebro probablemente nos haga pensar en un episodio de “Los Tres Chiflados”, o en aquella extraña máquina que el doctor Brown tenía en la cabeza cuando conoció a Marty en 1955. Sin embargo, hablamos de una técnica real, que de acuerdo a un grupo de científicos de la Universidad de Oxford, nos permite ser más eficientes en tareas específicas. Su nombre oficial es “estimulación transcraneal de ruido aleatorio”, un proceso relativamente nuevo en comparación con otras técnicas ya establecidas. El componente básico de la estimulación se basa en aplicar ruido eléctrico aleatorio sobre diferentes regiones de la corteza cerebral, con la ayuda de electrodos colocados en el cuero cabelludo, sin necesidad de procedimientos invasivos.
Esta estimulación transcraneal resulta mucho menos perceptible para el usuario, y con la ayuda de imágenes neurales, los científicos estiman que las áreas estimuladas incrementan su eficiencia a la hora de consumir oxígeno y nutrientes. Esto llevó a aplicar la técnica sobre la corteza dorsolateral prefrontal, una región asociada a la memoria de trabajo. En total, el estudio recolectó información de veinticinco voluntarios, con sesiones diarias de veinte minutos. Al mismo tiempo, los participantes recibieron entrenamiento cognitivo basado en cálculos y ejercicios.
Este combo de “estimulación más entrenamiento” tuvo una duración de cinco días, y los resultados revelan un aumento en la velocidad de cálculo y aprendizaje aritmético. Lo más importante es que se han detectado beneficios incluso seis meses después de la estimulación. Si esta técnica mantiene su tendencia positiva en pruebas adicionales, su aplicación a nivel educativo y medicinal probablemente sea un hecho. Los beneficios no sólo se extienden a un alumno que posea serios inconvenientes con la matemática, sino también a personas mayores con enfermedades neurodegenerativas.