Entre 1946 y 1947, dos estudiantes del MIT llamados John Fitzallen Moore y Walter Marvin fundaron al Tech Model Railroad Club, y como su nombre lo sugiere, está enfocado en el particular mundo de los trenes a escala. Sin embargo, su alcance no se limita a ellos.
La forma de trabajar de sus miembros, su capacidad de improvisación, su adaptación a nuevas tecnologías y el constante deseo de compartir sus logros con el público han convertido al TMRC en la fuente primordial de la cultura hacker.
Uno de los aspectos más interesantes del Tech Model Railroad Club es su interpretación de la palabra hacker, o sea, alguien que vuelca su ingenio y su creatividad en el desarrollo de una solución rápida, efectiva, y no necesariamente elegante. Por más crudos que sean, los hacks cumplen con su objetivo sin modificar la estructura general del sistema, y al trabajar en la automatización de trenes a escala, sus miembros no dudaron nunca en aplicarlos.
La popularización del término hacker estuvo a cargo del «Subcomité de Energía y Señalización», que diseñaba los circuitos para los trenes. Otros grupos dentro del club volcaban su entusiasmo en la construcción de las unidades, se dedicaban a edificios y paisajes, o a preparar los horarios.
El deseo de automatizar el funcionamiento de los trenes (en vez de colocar interruptores manuales en todas partes) hizo que el sistema de control estuviera ampliamente basado en tecnología telefónica, algo posible gracias a los esfuerzos del profesor Carlton E. Tucker, con varios contactos en la industria que habilitaron mucho equipo para el club.
Una buena parte de los miembros del TMRC eran ingenieros eléctricos, y considerando los desafíos en diseño lógico y teoría de circuitos, el interés en los ordenadores fue inevitable. La estrecha relación entre el club, el Laboratorio de Inteligencia Artificial, el Laboratorio Lincoln y Digital Equipment Corporation (DEC) permitió el uso de sistemas como el TX-0, el «padre» del histórico PDP-1, hardware original sobre el cual se ejecutó nada menos que Spacewar!.
Alan Kotok, quien participó en el desarrollo de Spacewar!, fue miembro del Tech Model Railroad Club y se encargó de diseñar el segundo sistema de control para los trenes.
Hacia el año 1962, el sistema del TMRC utilizaba más de 1.200 relés. El entorno estaba inspirado en la década del ‘50, época en la que trenes de vapor y diésel-eléctricos aún circulaban juntos, de modo tal que los miembros podían usar casi cualquier tren sin caer en un anacronismo profundo.
Hacia el año 1965, el club casi logró obtener su propio PDP-1, pero por problemas de espacio fue imposible recibirlo. La idea de una mudanza forzada y espontánea jamás desapareció (las autoridades del MIT indicaron en varias oportunidades su intención de demoler al Edificio 20), sin embargo, el TMRC permaneció allí hasta 1997, año en el que se llevó a cabo su traslado al Edificio N52.
El sistema de relés fue movido con éxito, pero el layout original no tuvo la misma suerte, y terminó siendo demolido con el Edificio 20. Al iniciar la construcción de uno nuevo y analizar el impacto de su rápido crecimiento, los miembros concluyeron que era un buen momento para reemplazar y miniaturizar al sistema de control, combinando a una serie de microcontroladores PIC, bajo el comando de un ordenador con Linux.
Han pasado más de 70 años desde su creación, pero el espíritu del Tech Model Railroad Club permanece intacto. Cada miembro tiene su pequeño proyecto, se organizan sesiones de trabajo, y todos mantienen a este mini mundo colaborativo de trenes a escala con kilómetros de vías, sensores, luces, y muchas ganas de hackear.