Todos los cortos comienzan (más o menos) de la misma manera: Alguien coloca un poco de líquido de autoarranque u otro aerosol inflamable dentro de un neumático (léase cubierta, goma o caucho), crea una pequeña «mecha» rociando la superficie del mismo, acerca una llama y ¡boom! El neumático queda perfectamente instalado en su llanta. A veces se necesita más de un intento, pero en general funciona bastante bien, incluso a la hora de talonar neumáticos de gran tamaño. ¿Por qué sucede esto?
Las fallas de algunos neumáticos pueden ser en verdad espectaculares. Existen docenas de factores que tarde o temprano llevan a su colapso, los cuales se manifiestan aún con buenas condiciones en el camino.
Cualquiera que haya sido testigo del proceso de reemplazo e instalación de un neumático nuevo sabe que toma unos pocos segundos con las herramientas adecuadas, a menos que nos veamos obligados a improvisar y hacerlo por nuestra cuenta.
Sin embargo, una serie de vídeos en YouTube nos enseña que algunas personas están utilizando nada menos que fuego y explosiones no tan controladas para talonar neumáticos. ¿Qué clase de hechicería es esta?
En realidad se trata de una técnica antigua, revitalizada por el impacto visual y la propia viralización de los vídeos. Apenas es instalado, el neumático queda flotando en la llanta, y necesitamos (en términos relajados) que sus alambres se peguen a los laterales.
Se supone que la presión del inflado normal es suficiente para talonar al neumático, pero si no hay un inflador o una fuente de alta presión a la mano, la idea es llenar el interior del neumático con algún líquido inflamable en aerosol, y acercar un poco de fuego.
Los gases asociados a la explosión tratan de escapar a alta velocidad, forzando la expansión del neumático hasta golpear los laterales de la llanta. En la mayoría de los vídeos vemos que inflan al neumático inmediatamente después de la explosión, porque es muy probable que trate de regresar a su posición anterior… y el aire comprimido ayuda a apagar el fuego.
Ahora, la técnica puede ser útil en caso de una emergencia, sin embargo, algunos vídeos muestran a talleres muy bien equipados aplicándola. ¿Por qué? Al parecer se ha popularizado entre los entusiastas el deseo de estirar neumáticos, o sea, que el neumático se adapte a una llanta más ancha de lo que le corresponde.
En lo personal no simpatizo mucho con la estrategia de deformar neumáticos a pura explosión, pero la pregunta es, ¿qué alternativas hay? Por un lado, existen tubos de caucho muy fáciles de usar, y por el otro, el equivalente a una bazuca de alta presión. Una curiosidad más, al menos hasta que el neumático del futuro se haga realidad.
(Del Archivo de NeoTeo, artículo originalmente publicado el 24 de Septiembre de 2018)