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Tales of Monkey Island: The Siege of Spinner Cay

El primer episodio de Tales of Monkey Island dejó un buen gusto en nuestras bocas (a diferencia del Grog), sobre todo porque temíamos que todo salga horrendamente mal, pero el resultado final fue algo que no nos enamoró, pero nos agradó. Este segundo episodio retoma directamente donde terminó el primero y tiene un par de sorpresas guardadas. Aún así, Telltale Games parece tener una misión complicada en el futuro si quiere estar a la altura de la serie.

Como buenos fanáticos de la serie, el mes pasado dimos nuestro veredicto final sobre el primer episodio de Tales of Monkey Island, la resurrección de la vieja franquicia de LucasArts de la mano de Telltale. La realidad es que no nos disgustó, pero tampoco nos sentimos completamente cómodos con lo que presentaron. Este segundo episodio toma directamente donde dejó el anterior, el cual terminó con un final bastante abierto.

Resulta ser que aquella espada misteriosa con la que terminó el primer episodio, pertenecía a Morgan LeFlay, una caza recompensas contratada por el Marqués De Singe, el loco que ató a Guybrush a una mesa de operaciones. Curiosamente, LeFlay es una ardiente fanática de Threepwood y probablemente la única razón por la que eligió dicha carrera. De todos modos, no es una de esas muchachas que permiten que los sentimientos se metan en el lugar del trabajo. Mientras tanto, LeChuck parece haber vuelto de los muertos y ahora que tiene una segunda oportunidad, no tiene intenciones de volver a ser el mismo pirata malvado que aterrorizaba al caribe.

Entre tantos problemas, Guybrush se reencuentra con Elaine y tiene como objetivo principal encontrar tres objetos sagrados para invocar unas criaturas marinas que, según dicen, podrían curar al Caribe de la extraña enfermedad zombie que está contagiando a todos los piratas. Para lograrlo, Guybrush deberá asociarse con su viejo enemigo y recuperar dichos artefactos.

Aunque en el episodio pasado solo tenías que vagar por una sola isla, en The Siege of Spinner Cay tienes una gran isla y varias pequeñas que explorar. De todos modos la “gran” isla no es muy grande que digamos y las “pequeñas” son minúsculas, así que tampoco es que tienes kilómetros de distancia que recorrer. Esto no es algo precisamente malo, ya que este género no se beneficia de grandes medioambientes. Pero, por lo menos, de esta manera tenemos varios lugares que recorrer, lo que ayuda a no cansarse de los escenarios.

Los puzzles siguen la misma línea del episodio anterior y, aunque no son muy difíciles, de vez en cuando te encontrarás con uno que te hace maldecir a cada uno de los desarrolladores del juego y a sus respectivas madres. Más que nada porque antes de la salida del primer juego hablaron mucho del sistema de pistas que habían incluido y para ser un sistema de pistas, a mí no me ayudó en lo más mínimo. Llegó un momento que dí cientas de vueltas y Guybrush seguía repitiendo lo mismo una y otra vez. Si no entendí la ayuda la primera vez que me lo dijiste, dudo que lo vaya a entender la vez número 254. Bueno, tal vez no fueron tantas, ¡pero se entiende la idea!

Hay que reconocer que para este segundo episodio las bromas son mucho más consistentes, ayudadas también por excelentes animaciones en los personajes principales (es una pena que no sean tan buenas en el resto). También hacen muchas referencias al primer episodio, el cual recomendaríamos que juegues para entender de qué va la trama. Finalmente, también hacen algunas referencias a los primeros dos juegos, algo que como fanático acérrimo agradezco profundamente.

En definitiva, este episodio parece ser un paso en la decisión correcta, pero si solo quedan tres episodios más, tienen mucho trabajo por delante, por lo menos para que tengamos un buen recuerdo de esta primera temporada. Afortunadamente la historia parece estar comenzando a tomar forma y el tercer episodio tiene bastante promesa. Recuerda que puedes conseguir todos los episodios para PC en el sitio oficial de Telltale o para Nintendo Wii en la tienda de la consola misma.

Puntaje: 80%

Conclusión: Un paso en el camino correcto, pero aún queda mucho trabajo y poco tiempo para hacerlo.

Escrito por Tomás Garcia

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