El National Synchrotron Light Source (NSLS), del Laboratorio Nacional de Brookhaven, puesto en marcha por el Departamento de Energía de Estados Unidos en 1982, es una de las instalaciones líderes en su tipo. Para poder realizar experimentos relacionados con la nanotecnología, se está trabajando en la construcción del NSLS-II que, a partir de 2015, debería proporcionar a los científicos una herramienta 10.000 veces más potente.
El Brookhaven Lab ha sido un orgullo de la ciencia de los Estados Unidos. Allí, en 1982, fue donde se puso en marcha el National Synchrotron Light Source (NSLS), que rápidamente se convirtió en el líder mundial en el campo de los experimentos relacionados con el comportamiento de la luz. En ese mítico sitio se han efectuado innumerables experimentos que, muchas veces sin que el ciudadano de a pie se entere, han mejorado nuestra calidad de vida. Por ejemplo, el NSLS ha colaborado en proyectos tan dispares como el desarrollo de un catalizador que utiliza etanol para potenciar las pilas de combustible o el descubrimiento de nuevos péptidos significativamente más eficaces en el bloqueo de la entrada del VIH en las células.
Sin embargo, el tiempo pasa inexorablemente, y lo que hace 25 años era una instalación modelo hoy es algo que muchos podrían considerar “obsoleto”. Por eso es que el Departamento de Energía ha aportado 912 millones de dólares para comenzar la construcción de la “versión 2.0” del National Synchrotron Light Source, que debería entrar en funcionamiento en algún momento del 2015.
El nuevo laboratorio está especialmente pensado para hacer trabajos relacionados con la nanotecnología (y la luz, por supuesto), y según puede verse en los datos del proyecto, poseerá equipos capaces de generar radiaciones hasta 10.000 veces más potentes que las de su predecesor. Para darnos una idea de lo que esto significa, Simon Bare, uno de los oradores en la ceremonia inaugural del nuevo laboratorio, dice que “esto es 10 mil millones de veces más brillante que nuestro Sol”.
Al disponer de fuentes de “luz” tan brillantes, los científicos pueden obtener imágenes de ultra alta resolución de cosas realmente muy pequeñas. Tal como ocurre en los procesos de fabricación de semiconductores, cuando más corta es la longitud de onda y más grande la potencia de la radiación empleada, mas pequeños son los detalles que pueden observarse. Esto significa que el NSLS-II será especialmente apropiado para efectuar investigaciones relacionadas con la nanotecnología. El nuevo laboratorio contará con aceleradores de rayos X, radiación infrarroja y ultravioleta, todos con la clásica forma de anillo que ya conocemos.
“Podremos observar estructuras tan pequeñas como un nanómetro”, dice Bare. “Esto nos permitirá determinar la composición y propiedades físicas y químicas de los átomos individuales que componen un material”, agrega. Con estos equipos, los científicos podrán realizar avances significativos en áreas tan dispares como el Alzheimer o los procesos que transforman el petróleo crudo en combustible utilizable por nuestros coches. Los encargados de la dirección del Laboratorio Nacional de Brookhaven esperan que unos 3500 científicos de todo el mundo puedan efectuar experimentos en el NSLS-II.