En los últimos días, algunos foros dedicados al retrofuturismo compartieron la imagen de un tren abandonado con una característica muy particular: Dos motores a reacción instalados en la parte superior. Se trata del prototipo SVL, siglas para Skorostnoy Vagon Laboratoriya, que atravesó las vías soviéticas a principios de los ‘70, alcanzando unos nada despreciables 250 kilómetros por hora.
Quien decida realizar una búsqueda de los vehículos más extraños probablemente logre encontrar cientos de diseños diferentes, y muchos de ellos nacieron como una extensión más de la Guerra Fría. Estadounidenses y soviéticos no sólo se apuntaban misiles mutuamente, sino que deseaban superarse en casi todo campo existente. Si nos enfocamos en la década de los ‘60, la Carrera Espacial fue sin dudas la expresión predominante en esta lucha de potencias, pero también hubo otras cosas. En el año 1966, la corporación New York Central Railroad decidió colocar dos motores General Electric J47 para dar forma al M-497 Black Beetle, vehículo que aún conserva el récord de velocidad sobre vías en los Estados Unidos (295.6 kilómetros por hora). Sin embargo, el Black Beetle no estaba solo. Al otro lado del charco, Francia exploraba un concepto similar con su «Aérotrain», y cuatro años después, llegó el primer intento soviético: El SVL, o «Skorostnoy Vagon Laboratoriya».
Lo que podemos apreciar tanto en los vídeos como en las imágenes es el carro principal de un tren eléctrico ER22 con dos motores Ivchenko AI-25 provenientes de un Yakovlev Yak-40 (el cual usa tres motores) instalados en la parte superior. Su masa total superaba las 54 toneladas, de las cuales 7.4 correspondían a su combustible, y tenía 92 pies de largo, algo así como 28 metros. Una de las razones para crear a este tren estaba basada en la reutilización de motores que habían agotado su vida útil en aviones, mientras que otra era la formación de un servicio de alta velocidad al que sólo hemos podido identificar como «Russian Troika Express».
La velocidad máxima que registró el SVL fue de 250 kilómetros por hora, un poco por debajo de la marca lograda por el Black Beetle, pero no por eso menos impresionante. El proyecto SVL fue aparentemente finalizado en 1975, y las últimas imágenes que circulan del tren en la Web fueron tomadas en el año 2014, donde se lo observa en un estado deplorable. Un monumento con una réplica del SVL fue instalado en la ciudad de Tver, como recordatorio de aquella breve, pero excelente aventura que tuvieron los trenes y los motores a reacción.