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Superfest: El vidrio indestructible comunista que el mundo olvidó

Una idea… ¿demasiado buena?

Superfest vidrio indestructible

En este mundo de suscripciones, alquileres, y productos descartables, la idea de que algo dure décadas resulta muy extraña… pero hubo una época en la que esa era la mentalidad a adoptar. Hoy nos subimos a la máquina del tiempo para viajar a 1977, año en el que un grupo de científicos en Alemania Oriental patentó un vidrio virtualmente indestructible, llamado Ceverit. Con la intención de comercializar a este nuevo producto, sus responsables lo rebautizaron Superfest, pero jamás cruzó el Muro por una sola razón: Hacía demasiado bien su trabajo.


Dicen que la necesidad es la madre de toda invención, y si hubo un país que aprendió eso por las malas, fue Alemania Oriental. Si bien se las arregló para convertirse en la economía más exitosa del Bloque Oriental, la falta de recursos era casi permanente, y su desarrollo tecnológico dejaba mucho que desear en algunos campos. A principios de los años ’70, los comercios en la DDR se quejaron por la falta de disponibilidad de vasos de vidrio, a un extremo tal que (de acuerdo con la información disponible) llegaron a servir cerveza en vasos de papel. ¿La solución? Desarrollar un vidrio lo suficientemente fuerte como para resistir el uso diario en esos establecimientos.


Superfest / Ceverit, vidrio irrompible al otro lado del Muro


Su desarrollo comenzó en 1975, y dos años más tarde (8 de agosto, siendo precisos), un equipo de cuatro científicos liderado por Dieter Patzig patentó un nuevo proceso de manufactura para crear vidrio indestructible. Inicialmente bautizado Ceverit, el vidrio también recibió una patente en los Estados Unidos, US4397668A. La promesa de Ceverit era enorme: Vasos de vidrio que durarían cinco veces más que un vaso común. En la práctica, se calcula que llegaron a durar quince veces más, y la prueba está en su disponibilidad, ya que no resulta tan complicado encontrarlos a la venta en eBay.


Uno de los anuncios para Ceverit en la exhibición de primavera de Leipzig, 1980

Ceverit fue un éxito en Alemania Oriental. La saturación del mercado no tardó demasiado en materializarse, y los vasos llegaron a ser conocidos como Superfest, «Superduro». Resistente, delgado, liviano, fácil de apilar… parece un material soñado, pero Ceverit/Superfest pronto cayó en la trampa de la sobreproducción. El único camino para ese exceso era la exportación, y el representante de ventas en Alemania Occidental, Eberhard Pook, estaba convencido de que Superfest sería un éxito.



Sin embargo, no vendió ni un solo vaso. El contacto de Coca-Cola simplemente le dijo: «¿Por qué vamos a usar un vidrio que no se rompe? Hacemos dinero con nuestros vasos.» Otro representante fue un poco más colorido al decir «¿Quién cortaría la rama en la que está sentado?» Ese fue el pecado de Superfest para occidente: Ser demasiado bueno. Inevitablemente, en este punto uno debe mencionar cosas como el cartel Phoebus de las bombillas, o el sabotaje de las medias de nylon. La obsolescencia programada es un modelo de negocios, después de todo…


Fuentes: Fern en YouTube, Florian Vick


Escrito por Lisandro Pardo

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