La Super Nintendo tiene muy bien merecida su popularidad, pero con el paso de los años hemos aprendido muchos detalles de esa consola, incluyendo sus limitaciones. Siendo honestos, el procesador Ricoh 5A22 no era muy potente para la época, y eso obligó a sumar hardware adicional en los cartuchos, aunque otros juegos sufrieron serios problemas de velocidad. Uno de los más afectados fue el Gradius III, sin embargo, un hacker brasileño llamado Vitor Vilela desarrolló un parche que le permite a ese título usar un coprocesador SA-1, eliminar sus caídas de rendimiento, y mantener un framerate estable.
Al jugar en ordenadores siempre podemos realizar ajustes para mejorar el rendimiento de un título específico. Los más comunes involucran a la calidad visual y la resolución, pero también existen trucos en los motores gráficos, mods de controladores, y la ocasional sesión de overclocking que empuja un poco más a nuestros componentes.
En el caso de las consolas de videojuegos modernas, los desarrolladores pueden publicar parches para optimizar a sus juegos, pero si se trata de plataformas más antiguas… lo que ves es lo que obtienes. Un ejemplo contundente es el de Gradius III para Super Nintendo. El port se ve genial, y en lo visual no tiene casi nada que envidiarle a la versión arcade. Lamentablemente, eso significa que se come al procesador Ricoh 5A22 como si fuera un caramelo, y en varias instancias, la experiencia se cae a pedazos. El segundo nivel es uno de los que más siente el impacto:
Cualquiera en este punto recomendaría jugar Gradius III en un emulador, pero no el hacker brasileño Vitor Vilela. Lo que hizo fue invertir tres meses en investigación, análisis y edición de código, mapeado de memoria y desensamblaje para compatibilizar a Gradius III con el coprocesador SA-1.
SA-1: Un coprocesador en la Super Nintendo
Este chip fue utilizado en juegos como Super Mario RPG y Kirby Super Star, y es en esencia un 5A22 supercargado, con mayor frecuencia (10.74 MHz vs. 3.58 MHz), funciones matemáticas aceleradas, manipulación gráfica optimizada, y procesamiento paralelo.
La mejor parte es que cualquier interesado puede tomar a esta «edición SA-1 modificada» de Gradius III, volcar su contenido en un cartucho al nivel del SD2SNES (que duele 150 dólares), y jugar en una Super Nintendo real, sin hacer nada extra en la consola. Una alternativa potencialmente más económica para quien desee reproducir los beneficios de este hack «sobre el metal» es buscar un cartucho donante compatible, y crearlo por su cuenta, siguiendo los pasos del youtuber Voultar:
¿Qué sigue en la lista? Vitor planea sumar otros juegos con problemas de rendimiento a su nueva «era SA-1». Buena parte de su actividad está disponible a través de Patreon, pero hay que pensarlo muy bien antes de modificar un juego. ¿Por qué? Porque el cambio de velocidad puede aumentar el nivel de dificultad… mucho.
Fuente: Hackaday, vía Ars Technica
Buenísimo….