Muchos sistemas operativos han incrementado su nivel de portabilidad gracias a la magia del “Live USB”. Puedes hacer que un sistema operativo se ejecute directamente desde un pendrive, sin depender de ningún archivo guardado localmente en el ordenador. StormFly utiliza un concepto similar, pero las diferencias más importantes están en la persistencia de datos, en el uso de una interfaz USB 3.0 para mayor velocidad, la presencia de una carpeta compartida para facilitar la transferencia de archivos, y el cifrado de los datos.
Las instalaciones “live” de los sistemas operativos son muy útiles para probar las funciones básicas de cada uno de ellos, o para acceder a sus herramientas en caso de que haya un problema con nuestra instalación principal. Pero las limitaciones principales de estos sistemas están en la velocidad del medio utilizado, y en la ausencia de persistencia. En el primer caso, un DVD o un pendrive USB 2.0 suelen poner a prueba la paciencia del usuario, mientra que la persistencia puede ser lograda, pero requiere de algunos compromisos de configuración que pueden afectar el rendimiento final. La alternativa, sería algo como StormFly.
StormFly está basado en una unidad USB 3.0 instalada en una pulsera, cuyo chip es lo suficientemente robusto como para soportar todas las operaciones de lectura y escritura que demanda un sistema operativo, incluyendo persistencia, instalación de aplicaciones y por qué no actualizaciones del sistema operativo. En total, el espacio en una unidad StormFly es de 16 gigabytes, ocho para el sistema operativo, cuatro para la carpeta local del usuario, y los cuatro gigabytes restantes para la carpeta “compartida”. Esta última carpeta permite al usuario transferir datos fácilmente entre StormFly y otros sistemas operativos. Por ejemplo, si creas un documento dentro de StormFly y lo guardas en la carpeta compartida, sólo deberás conectar la unidad a otro sistema operativo como si fuera un simple pendrive para acceder a ese documento.
StormFly también posee un cifrado de 128 bits (protección por contraseña), y sus responsables también ofrecerán un sistema de respaldo general, con un costo de veinte dólares anuales. En cuanto al propio StormFly, su entrada en Kickstarter revela que para obtener uno hay que pagar unos 59 dólares, más otros quince para envíos internacionales. La opción más alta entrega un StormFly personalizado en color verde, respaldo en línea de por vida, y un reemplazo gratuito en caso de pérdida o robo, aunque hay que invertir unos 200 dólares para ello. El proyecto requiere de cien mil dólares, y ya ha recibido la quinta parte en menos de una semana, por lo que es probable que llegue exitosamente al mercado.