La agencia espacial estadounidense acaba de revelar un grupo de nuevas fotografías del cometa Tempel 1. Las imágenes provienen de la sonda espacial Stardust-NExT que la NASA lanzó al espacio en febrero de 1999. El robot se ubicó a 181 kilómetros de distancia del cometa para tomar un total de 122 imágenes, 72 de las cuales poseen en alta resolución. Esta misión complementa los datos obtenidos del mismo cometa hace seis años, cuando fue visitado por la sonda Deep Impact.
Los cometas constituyen un grupo de objetos celestes con particularidades que los científicos desean conocer más a fondo. Sus órbitas son extremadamente extensas, y a menudo demoran cientos de años en completar un giro completo alrededor del Sol. En su periplo visitan regiones muy alejadas de la estrella central de nuestro sistema -mucho más lejos de lo que se encuentra cualquier planeta- y también pasan muy cerca del Sol. Son poco más que una bola de escombros y nieve sucia, pero podrían albergar moléculas orgánicas precursoras de la vida. Para los astrofísicos su estudio es muy importante, y es por eso que las agencias espaciales han desarrollado varias misiones que tuvieron como objetivo “visitar” alguno de estos cuerpos cuando pasaron relativamente cerca de nuestro planeta. Una de ellas es la iniciada por la sonda espacial Stardust-NExT, que la NASA lanzó al espacio el 7 de Febrero de 1999.
La misión Stardust-NExT tiene como objetivo complementar los datos que se obtuvieron sobre el cometa Tempel 1 hace unos seis años, cuando el robot Deep Impact lanzó sobre su superficie un proyectil con el objetivo de recoger partículas de polvo y material que permitiese conocer las características básicas del bólido. Aproximadamente a las 23:40 del dia 14 de febrero -hora EST (Eastern Standard Time, o Tiempo del Este)- la sonda, situada a unos 180 kilómetros de distancia del cometa, comenzó a tomar las imágenes. En total se realizaron 122 tomas, 72 de ellas en alta resolución.
Las imágenes, hay que decirlo, son muy buenas. Para tener una idea de la magnitud de este logro basta con recordar que en este momento Tempel 1 se encuentra a 336 millones de kilómetros de nuestro planeta, y que la sonda ha debido realizar un trayecto de 5,7 mil millones de kilómetros antes de concretar su cita con el cometa. La Stardust-NExT es una muestra más de que las misiones robóticas “baratas” son una excelente herramienta de investigación espacial.
Los científicos están analizando las imágenes aportadas por la sonda para determinar los cambios que ha sufrido la superficie del cometa desde que Deep Impact lo bombardeó en julio de 2005. En los seis años transcurridos desde ese hecho, el cometa completó un giro alrededor del Sol, por lo que un detallado análisis del estado del cráter producido por aquel proyectil proporcionará nuevas pistas para conocer su composición y cómo lo ha afectado el hecho de acercarse al Sol. A bordo de la Stardust-NExT se encuentra también un espectrómetro de masas, herramienta con la que se puede analizar la composición del material que conforma el cometa.
Las muestras obtenidas por Deep Impact no fueron suficientes para que la sed de conocimientos de los científicos de la NASA quedase satisfecha, por lo que estas fotografías se esperaban con ansiedad. Comparando estos datos con los obtenidos de otros cometas, como los proporcionados por la Stardust cuando en 2004 visitó el Wild 2, los científicos podrán conocer mejor el proceso por el que se formaron los cometas y el sistema solar mismo hace más de 4.5 mil millones de años.