De más está decir que StarCraft es uno de los videojuegos que mejor ha soportado el paso del tiempo. A más de 10 años de su lanzamiento, hoy se sigue jugando y disfrutando como el primer día. Y, como fanático, puedo decir que desde entonces han sido pocos los que han logrado superar tanto la sinergia de sus elementos, como la acción constante (pero sesuda) que ofrece en partidas multijugador. Y, con una secuela en camino, ¡ya era hora de que tuviera una asignatura en Berkeley que lo honrara!
Citando Wikipedia uno se puede dar cuenta del impacto y recepción que tuvo StarCraft en el mundo de los juegos en general, y para el género de estrategia en particular: “StarCraft fue lanzado internacionalmente el 31 de Marzo de 1998 y se convirtió en el juego mejor vendido de ese año, con más de 1.5 millones de copias vendidas en todo el mundo. En la próxima década StarCraft vendió más de 9.5 millones de copias en el globo, con 4.5 de esos millones vendido en Corea del Sur. Desde su lanzamiento inicial, Blizzard Entertainment reportó que Battle.net creció en un 800%.” Este fenómeno, por sí solo, merece tener una asignatura en un aula de Berkeley. Pero lo cierto es que la Clase de StarCraft poco tiene que ver con el mundo de los negocios, y más con el vídeo debajo.
Según se lee en el Syllabus, “este curso profundizará en la teoría de cómo la guerra es dirigida en los confines del juego Starcraft. Habrá clases en varios aspectos del juego, desde el punto de visto puramente teórico hasta los aspectos más computacionales de cómo exactamente esas guerras son conducidas por los jugadores. Se recomienda conocimiento de cálculos y ecuaciones diferenciales para entender por completo el curso.” Lo que más nos gusta del asunto es que el curso no solo se basa en una charla aburrida, sino que habrá muchas partidas multijugador que analizar, para así forjar lo una “Teoría Avanzada de StarCraft”. ¿Qué tal?
La primera clase fue el pasado 29 de enero y, si estás interesado, puedes seguir los avances y discusiones desde el sitio oficial. Tal vez no sea lo mismo que ir a Berkeley, pero que se podrá aprender mucho, eso seguro que sí.