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Spore Creature Creator

Ojos saltones, dientes afilados, garras, pinzas, colas, antenas, alas. Lo que quieras para ser padre de una horrible criatura salida de tus peores pesadillas. Una criatura que también ríe, baila, saluda y se enamora. ¿Qué es esto? Es el generador de bichos para el nuevo juego del creador de SimCity y de Los Sims, llamado Spore. ¡Haz tu propia cosa con patas y compártela con cientos de miles de jugadores! La nueva comunidad está creciendo a un ritmo vertiginoso y ya es fenómeno en Internet.

Con más de cien millones de unidades vendidas en todo el mundo, los juegos de Los Sims están presentes por todas partes. Son muy pocos los que ignoran de qué se trata el extraño juego donde tu ordenador se convierte en una casa de muñecas, con esas diminutas personillas yendo y viniendo, construyendo sus casas y viviendo aventuras y experiencias mundanas.

El éxito de Los Sims es el mayor de todos cuantos se recuerde. El juego original tiene una secuela, numerosos paquetes de expansión, versiones especiales para ordenadores móviles y teléfonos celulares, y periódicamente continúa creciendo. En Internet, existe una inmensa comunidad de jugadores –la mayoría de sexo femenino– compartiendo objetos y experiencias, la página oficial de Los Sims recibe alrededor de tres millones de visitas diarias, y en Youtube se pueden ver más de doscientos mil vídeos relativos a Los Sims.

Con tremendo éxito, todos esperan que Spore, el flamante juego del estadounidense William Wright, nacido en Atlanta, Georgia (Will para los amigos), sea una nueva revolución no solamente en ventas, sino también en el aspecto comunitario. Todo lo que fuera formándose naturalmente en torno a Los Sims, con la llegada de servicios como YouTube y Facebook, en Spore está siendo implementado directamente como parte del juego.

¿Y de qué se trata Spore? En la página oficial del juego dice: “Es un poco como el regalo que imaginas que tendría un dios en su primer cumpleaños: un mini universo de creación en una caja.” Si en Los Sims la idea es inventar un personaje y hacerlo evolucionar a través de su vida, tener una familia, amigos, viajar, estudiar, trabajar y divertirse en sociedad, en Spore la cosa es crear un ser que irá evolucionando desde ser un pequeño organismo celular hasta una criatura compleja que pueda llegar en el distante futuro a viajar por el cosmos en una nave espacial de su invención y dominar la galaxia.

Citando las propias palabras del señor Will Wright: “Spore es tu propio universo personal. Puedes crear vida y hacer que evolucione, establecer tribus, construir civilizaciones, esculpir mundos, y explorar el cosmos. Spore está compuesto de cinco juegos, cada uno corresponde a una etapa de la evolución: Célula, Criatura, Tribu, Civilización y Espacio. Cada etapa presenta diferentes retos y objetivos.”

Spore estará disponible en los primeros días de septiembre en versiones PC Windows, Mac y Nintendo Wii. También habrá una versión especial del generador de criaturas para la portátil Nintendo DS.

Mientras tanto, y en anticipación al esperado lanzamiento, Maxis (la empresa desarrolladora) junto a Electronic Arts (la empresa que publica el juego) liberaron al público el Spore Creature Creator. Es un pequeño programa, de tan sólo 205 MB, que puedes descargar gratuitamente desde la página de Spore.

Allí mismo verás los requerimientos mínimos y recomendados para que el software se ejecute en tu ordenador: Para Windows XP, un procesador 2.0 GHz P4 o equivalente, 512 MB RAM, y tarjeta de vídeo 128 MB, con soporte para Pixel Shader 2.0. Si lo prefieres en Mac OSX, necesitas la versión 10.5.3 Leopard o superior, procesador Intel Core Duo, 1024 MB RAM y tarjeta de vídeo ATI X1600 o NVidia 7300 GT con 128 MB de VRAM, o Intel Integrado GMA X3100.

La forma en que está programado el Creature Creator es maravillosa. La suavidad del funcionamiento y lo intuitivo hace que recuerde mucho a la excelente interfaz de Los Sims, todavía no igualada.

Comenzáis con un simple cuerpo orgánico en cuyo interior se puede ver una espina dorsal. Es posible modificar la forma y tamaño del torso, y de cada vértebra por separado, y agregar o quitar vértebras, lo que altera la figura del cuerpo de nuestra criatura. Podemos hacerla rechoncha, alargada, como un gusano, más erguida, aplastada… o una combinación de todas las formas. Basta con pinchar una vértebra y mover el ratón hacia arriba o en círculos, cambiando la forma, y si además movemos la rueda del ratón lo agrandaremos o achicaremos a placer. Allí ya se puede notar que las variantes no tienen límites.

A continuación, desde la ventana de la izquierda, vais arrastrando piezas hacia el cuerpo de la criatura. Las piezas se fusionan al cuerpo con extrema facilidad –diríamos elegancia también–; y se ubican automáticamente centradas, o se duplican solas, de acuerdo a cómo las desplacemos alrededor del cuerpo del bicho. ¿Qué significa esto? Que podemos poner una pinza en la extremidad de la cola, por ejemplo, y si la movemos se vuelve doble, colocándose otra pinza simétrica en el extremo opuesto de la cola, bien centrada. Como todas las partes de agregan de la misma forma, en cualquier milímetro de la figura, difícilmente se pueda hacer una criatura idéntica a otra… precisamente lo contrario a lo que uno podría pensar.

De esta forma, se van adicionando piezas a la figura: ojos (hay de toda clases), mandíbulas (dependiendo de la que se elija, la criatura será carnívora o herbívora) y modificando a gusto. Cada pieza se puede cambiar de tamaño, tanto con la rueda del ratón como estirando con los puntos de control que se vuelven visibles al pasar el puntero por encima de estas.

Lo simpático del asunto es que la criatura va cobrando vida y adquiriendo una personalidad en relación a la forma que toma. Al colocarle la mandíbula comienza a rugir o gruñir. Al colocarles las patas se las mira asombrada, o cuando le colocas la cola se mueve y camina un poco. Le quitas una parte y se asusta, pero cuando un cambio parece gustarle, aplaude o se ríe. Da sensación de que es una cosa viva, y eso es sin duda de gran valor para encantar a los jugadores.

Cada pieza que se agrega, consume “puntos de ADN”. Se comienzan con 2,000 puntos, lo cual alcanza para ponerle de todo, pero no siempre ese es el límite. Ponerle demasiadas también lleva al rojo un “medidor de complejidad”, que impide seguir agregándole partes. Esto ha de tener que ver, obviamente, con mantener un balance en el juego. Estas criaturas se van a poder usar en el verdadero Spore, de modo que el diseñador habrá pensado en esta forma de equilibrio. Las criaturas, además de comer y trabajar en su civilización (recordemos que el objetivo final es llegar a las estrellas) deben combatir a zarpazos y dentelladas. Con el medidor de complejidad, se evita que existan criaturas demasiado poderosas.

En todo momento se puede probar a la criatura. Hay un botón que permite salir del modo de edición y verla dentro de una pequeña área, con una cantidad de opciones. La bestia camina hacia donde pinchas en el suelo con el ratón. Sosteniendo el botón secundario, rotas la cámara. Además, debajo hay cuatro grupos de botones: el primero la hace rugir, brincar, sentarse, llamar, girar en el aire y golpear con el puño (o lo que tenga en lugar de puño).

El segundo grupo tiene seis botones, cada uno con un ritmo diferente, para que la criatura baile. El tercer grupo posee gestos: Hey, baby!, Ta-Dah!, sumo, encantador y musculoso. El último grupo tiene seis íconos para expresar alegría, furia, miedo, y tal vez el más importante: para derretirse de amor. Al parecer, estos botones servirán para interactuar con las criaturas de otros jugadores, pero no será hasta la salida de Spore en su versión completa que lo sabremos con exactitud.

Otras solapas, en el modo de vista, permiten eliminar el fondo para dejarlo totalmente negro. Hacer esto sirve para capturar a la criatura para usarla “para hacer remeras”, según Maxis. La criatura se asombra mucho cuando desaparece el escenario; y cuando reaparece, peor, sacude la cabeza tratando de asimilar el nuevo entorno. ¡Muy divertido!

La otra solapa contiene tres huevos. Al pinchar cada uno, aparece un pequeño bebe idéntico a nuestro bicho, que aparentemente aprende (o quizás solamente imita) los movimientos del mayor. En la Ayuda del Creature Creator dice al respecto: “La imitación es la más sincera forma de adulación. Como en la vida real, un bebe imitará lo que su padre hace. Recuerda, ellos están aprendiendo, de manera que debes esperar que metan la pata de tanto en tanto.” La llegada del bebe pone muy feliz a la criatura… a veces. En un caso, una de las criaturas que hicimos celebró la llegada del primer cachorro, pero la llegada del tercero la puso triste durante unos segundos, como diciendo “¡Y cómo voy a mantener a todos estos tíos!”

Volviendo a la edición de la criatura, una vez que tenemos la forma como la queremos, llega el paso final: pintura. El Creature Creator permite pintar la piel del bicho en una gran cantidad de gamas de color, y es posible basarse en un estilo predefinido y modificarlo encima, o pintar partes por separado. Se pinta por layers, o capas. Se le puede agregar manchas, rayas y colores secundarios. ¡Nuevamente, la combinación parece infinita! Probablemente no lo sea, pero lo parece.

Luego, claro, hay que ponerle nombre a nuestra pesadilla con patas.

Finalmente, es posible tener una “MySpore Page”: una página con los detalles de la criatura, con fotos, vídeos y la historia que le inventemos, para compartir con el resto del planeta. Allí se ven noticias, y además unos datos más que interesantes sobre la marcha del juego. Cuando estábamos escribiendo este informe, las estadísticas decían que hasta el momento había 184.679 criaturas subidas por los usuarios, de las cuales 149.593 habían sido subidas en las últimas 24 horas. 154,489 personas ya estaban formando parte de la comunidad de Spore, a 80 días de su lanzamiento.

Es una fiebre de bichos y un nuevo éxito para Maxis y el genial Will Wright.

Escrito por Juan Salvo

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