Cuando escuchamos que Namco Bandai iba a estar desarrollando una reimaginación del viejo clásico de 1988, Splatterhouse, nuestras expectativas rompieron el techo. En serio. Sin embargo, con el paso de los meses y las malas noticias sobre el progreso del proyecto, pasamos de la emoción al escepticismo. Ahora lo tenemos frente a nosotros y llegó el momento de dar el veredicto final. ¿Estará esta rendición a la altura del juego original?
Finalmente, luego de tantas imágenes y vídeos preliminares, tenemos la posibilidad de jugar esta reimaginación de Splatterhouse, el clásico de acción y terror de 1988. El título tuvo una historia de desarrollo muy problemática, pasando de un estudio a otro por problemas de rendimiento. Namco Bandai lo anunció en 2008 como un proyecto desarrollado por BottleRocket Entertainment, pero un año después anunciaron que les quitaban el proyecto e iban a continuar el desarrollo con un equipo interno, que en parte contrató a algunos ex integrantes de BottleRocket.
Ahora, a tan solo un mes para el final del año, llega Splatterhouse con una gran expectativa por parte de los viejos fanáticos. Y las cosas no pueden comenzar de mejor manera, porque esta versión es una reimaginación del título original, por ende, la trama se repite. Ocupas el rol del estudiante Rick Taylor, quien despierta al borde de la muerte y es salvado por una máscara demoníaca con una cruda personalidad. De allí en adelante, Rick matará a cualquier demonio que se le cruce enfrente para saciar la sed de sangre de la máscara y salvar a su novia en el proceso.
En comparación a esta versión, el Splatterhouse original es un episodio de los Teletubbies. Y estamos hablando de uno de los primeros juegos que causó controversia en la industria. La sangre que sale despedida de los enemigos no solo llena tu medidor de sangre para desbloquear ataques aún más poderosos, sino que también decora las paredes, el piso, el techo y hasta al mismo Rick. Pero más allá de la violencia, Splatterhouse utiliza un sistema de combate muy básico, puedes pegar puñetazos, patadas y utilizar todo tipo de armas, desde el clásico machete hasta brazos. También puedes tomarlos y lanzarlos por los aires, y la combinación de esos ataques llena el medidor de sangre que funciona como experiencia.
Esta experiencia luego la podrás invertir en mejorar tus ataques o tu energía, para poder resistir más daño. Afortunadamente hay una buena cantidad de ataques para desbloquear y, aunque no son particularmente poderosos, le dan más variedad al combate. Por lo menos hasta que llegues a esos ataque devastadores que en verdad hacen la diferencia. Durante el combate también puedes alcanzar un nivel que activa la verdadera forma de la máscara, transformando a Rick en una bestia de gran tamaño, que casi no se inmuta por ataques enemigos.
De todos modos, llegar a ese punto no es nada fácil y en el proceso recibirás una buena cantidad de daño, un aspecto interesante en Splatterhouse. Y no es interesante porque afecta la jugabilidad, sino por la manera en que decidieron representarlo. Cuando Rick comienza a recibir daño, las heridas se ven en su cuerpo, al punto donde puede tener con una costilla al aire. Y hasta en puntos extremos puedes llegar a perder algunos miembros. Aún así, en casos extremos puedes utilizar la sangre que has recolectado para tomar energía directamente de los enemigos que te rodean
Probablemente el problema principal con Splatterhouse es lo tradicional del todo. Desde el combate, hasta el diseño de los niveles, todo está hecho para pasar completamente desapercibido, lo que afecta negativamente al juego. Y lo único que no podrás ignorar, es la violencia. No solo porque cada puñetazo pinta la pared de sangre, sino porque hay una buena cantidad de golpes finales, que te piden hacer ciertos comandos especiales para arrancar brazos, cortar cabezas y hasta extirpar pulmones de una manera poco higiénica.
En definitiva, Splatterhouse tiene muchos elementos del juego original, más que nada estética y conceptualmente, pero muy poco de eso llega durante la experiencia entera. Más allá del diseño del personaje, no mucho en pantalla nos recuerda al viejo juego, más allá de que es un título de acción competente. Podríamos seguir criticándolo por tener un diseño mediocre, pero Splatterhouse no intenta ser más que un violento y gratificante juego de acción y lo consigue satisfactoriamente. Puedes conseguirlo para Xbox 360 y PlayStation 3 por €56,95.
Puntaje: 71%
Conclusión: Sinceramente nos gustaría que Splatterhouse sea un mejor juego, pero como rendición de un clásico, es aceptable.