Damas y caballeros… lo lograron. Después de múltiples pruebas, varios errores, y una falla general que condenó a la misión CRS-7 en junio último, SpaceX acaba de escribir un nuevo capítulo en la historia de la era espacial al aterrizar con éxito la primera fase de su cohete Falcon 9, después de colocar en órbita sin incidentes un total de once satélites para la compañía Orbcomm. Esto no sólo refuerza el concepto de cohetes reutilizables, sino que abre la puerta a un futuro con lanzamientos mucho más económicos.
¿Recuerdan al juego Lunar Lander? Aunque no fue uno de los títulos más populares que desarrolló Atari, siempre ha sido recordado por su dificultad. Ahora, si era complicado aterrizar una nave en la superficie lunar, imaginen lo que debe ser aterrizar un cohete en la Tierra. Bueno… quien desee practicar puede ver la última misión de SpaceX una y otra vez en YouTube. La compañía de Elon Musk realizó pruebas controladas en el pasado, y aquellas en las que se trató de colocar al cohete sobre una plataforma flotante terminaron en fracasos relativamente explosivos. Después fuimos testigos de la falla general que sufrió la misión CRS-7 en los últimos días de junio, algo que el propio Musk calificó de «golpe enorme» para él y su equipo. Hace pocas horas, SpaceX no sólo se recuperó, sino que reclamó un lugar en la historia…
La misión oficial detrás del lanzamiento, bautizada Orbcomm 2, tuvo como objetivo el envío de once satélites que completan una constelación dedicada al monitoreo de vehículos de transporte, maquinaria pesada, y campos petroleros, entre otras cosas. El proceso completo de aterrizaje tomó poco más de diez minutos. Una vez que se activó la segunda fase cargada con los satélites, la primera fase llevó a cabo una compleja maniobra de posicionamiento, desarrollando así la trayectoria ideal para intentar su aterrizaje. Al parecer las condiciones meteorológicas no eran perfectas, pero el cohete (una versión optimizada del Falcon 9 con un 30 por ciento más de potencia) logró quedar de pie como un monolito, intacto.
El clima en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral fue de euforia absoluta durante el lanzamiento y el aterrizaje. Resultó muy evidente que todos los involucrados en el proyecto necesitaban este éxito después de lo que sucedió en junio, y no tenemos dudas de que hubo muchas lágrimas entre los gritos. Jeff Bezos (quien logró aterrizar un cohete suborbital el mes pasado) y la NASA fueron los primeros en felicitar a Musk y SpaceX, pero no podemos negar que estamos ante el primer paso. Los cohetes reutilizables podrían cambiar radicalmente la forma en la que enviamos material y personal al espacio, e imagino que el cohete será estudiado un milímetro a la vez para verificar su integridad.