¿Tu ordenador no tiene sonido? ¿Escuchas un ruido extraño que no debería estar allí? ¿Tal vez algo de fritura o el clásico pop/click/tock? Reemplazar los parlantes y actualizar el controlador son dos opciones lógicas, pero nunca está de más evaluar a la tarjeta de sonido, y para ello, la herramienta SoundCheck desarrollada por PassMark viene como anillo al dedo.
Casi me atrevería a decir que algunos problemas en los ordenadores siguen una cierta “temporada”. En estos últimos días, me crucé con un sistema que emitía un horrendo chirrido a través de los parlantes cada vez que su dueña movía el ratón. El problema estaba concentrado en los propios parlantes, genéricos, de calidad mediocre, y con muchos años de servicio. Algunos ruidos son más o menos inevitables, como por ejemplo el “bripipip!” que suena si dejamos el smartphone muy cerca de los parlantes (en la Web recomiendan usar ferrita, pero su efectividad es limitada). Un cable haciendo falso contacto puede convertir a una sencilla sesión de audio en un festival de pops y clicks indeseados. Los bugs en los controladores de audio también son frecuentes, y hay otra posibilidad, mucho más oscura, pero que no podemos descartar por completo: Un inconveniente de hardware.
Dicho de otro modo, si existen problemas de sonido en Windows, el diagnóstico tal vez demande un poco más de atención de la que calculamos en un principio. Por un lado, existen herramientas como DPC Latency Checker que detectan cualquier incidente relacionado con latencias, pero a la hora de poner bajo fuego a la tarjeta de sonido, necesitas una copia de SoundCheck, desarrollado por PassMark. El último build está por cumplir dos años, sin embargo, eso no afecta en lo más mínimo su funcionalidad. SoundCheck permite generar varios tonos, evaluar frecuencias, canales y resolución de audio, determinar qué tan preciso es el posicionamiento (léase audio 3D), y estudiar las especificaciones que reportan tanto el controlador como DirectSound. Las pruebas más avanzadas requieren un cable en bucle conectado a la entrada (dedicada o por micrófono) y la salida de la tarjeta de sonido. Esto sirve para detectar si la onda llega “limpia” por así decirlo, o si hay algo provocando una distorsión.
SoundCheck es un programa gratuito siempre y cuando su uso sea personal, mientras que en entornos comerciales, la licencia tiene un costo de 24 dólares. Un aspecto muy interesante de SoundCheck es su compatibilidad con diferentes versiones de Windows. En caso de que quieras quitarle el polvo a viejas placas Sound Blaster bajo Windows 98 (o superior), podrás hacerlo sin inconvenientes. SoundCheck no reporta nada sobre tarjetas de sonido USB (no tengo ninguna al alcance en este instante), pero si los controladores son estables y compatibles, no creo que existan problemas de funcionamiento.