Para muchos, ya son un recuerdo del pasado, mientras que otros ni siquiera saben lo que son en estos tiempos de informática vertiginosa, pero los discos floppy aún conservan cierta demanda en el mercado. Sin embargo Sony, uno de los fabricantes más importantes que quedan, anunció que cesará las ventas de este medio de almacenamiento el año próximo. Sony ha decidido finalizar las ventas tanto en el mercado japonés como a nivel internacional, y no sería algo extraño esperar que muchos fabricantes comiencen a abandonar a estos vetustos discos alrededor del mundo.
Una frase que afecta especialmente a los técnicos en informática es: "En casa de herrero, cuchillo de palo". La semana pasada me encontré en la necesidad de actualizar el BIOS en un ordenador que tenía unos siete años de antigüedad, y debí dar todo un rodeo grabando un CD "booteable" sólo porque no encontré ni una sola unidad floppy ni un sólo diskette a mano. Hay algunas funciones de extremadamente bajo nivel que aún necesitan la presencia de una unidad floppy, pero en lo que se refiere a métodos de almacenamiento convencionales, el pendrive USB se ha devorado todo lo que encontró en el camino, incluso afectando la popularidad de discos ópticos regrabables entre los usuarios. Sin embargo, todavía hay regiones del globo en las que existe demanda de discos floppy, a pesar de que la mayoría de los fabricantes de ordenadores ya han quitado a las unidades de lectura de sus configuraciones. El gigante japonés Sony se ha unido a este grupo de fabricantes, al anunciar que ya no venderá estos discos a partir de marzo del año que viene.
Las razones se reducen a una cada vez menor demanda de estos discos en un mundo con puertos USB, pendrives, y almacenamiento en la nube. Los años, la velocidad y la capacidad de los discos floppy también aportan su cuota negativa en la ecuación. Dice la historia que el primer disco floppy de uso comercial apareció en el año 1971 de la mano de IBM, con masivos ejemplares de ocho pulgadas de lado. Durante el año 1981 Sony lanzó su propia versión de los discos de tres pulgadas y media, una versión que fue tomada en gran medida como referencia para el estándar universal que luego aceptarían muchas empresas en el mercado, y que básicamente le dio forma a los discos floppy que conocemos hoy. El año pasado se vendieron doce millones de discos floppy en Japón, un valor de mercado sobre el cual Sony posee el setenta por ciento, aunque a pesar de eso ya es un mercado que no se considera viable para mantener activo. Si realizamos comparaciones, en el año 2002 las ventas de discos floppy de Sony en ese país fueron de 47 millones de unidades.
Es verdad que por cuestiones de compatibilidad y de desarrollo informático todavía habrá una cantidad significativa de discos floppy disponibles en el mercado, pero la falta de interés por parte de Sony de seguir vendiendo estos discos es solamente una cuestión evolutiva. Apple dejó de considerar a los discos en el año 1998, seguido por Dell en 2003 al quitar las unidades de sus sistemas, y lo mismo hizo Hewlett-Packard en 2009. Tal vez, y sólo tal vez, con esta decisión de Sony ya sea tiempo de decir adiós a estos fieles discos. No negaré que nos han hecho sufrir de formas inexplicables, y era una verdadera pesadilla instalar programas que contaban con docenas de estos discos, pero en su momento supieron cambiar de forma radical la manera en la que guardábamos datos, y no deberíamos olvidar eso.