Lo que comenzó como una distro más basada en Debian rápidamente se convirtió en un proyecto independiente que debió cerrar sus puertas debido a la falta de colaboradores. Poco tiempo después su desarrollo se reactivó, y tras un cambio de nombre, llegamos a lo que hoy es Solus. Recientemente, sus responsables anunciaron el lanzamiento de Solus 1.1, corrigiendo varios bugs presentes en la primera versión, y realizando algunos cambios de alto nivel.
Desarrollar una distro Linux «diferente» al resto es una misión mucho más grande de lo que imaginamos. Tarde o temprano, muchos proyectos terminan compartiendo aspectos que incluso van más allá del código, pero a decir verdad, eso no tiene nada de malo. Crear un sistema operativo a partir de otro, realizar forks, y adaptar versiones son una parte fundamental de lo que define al universo Linux, con una dinámica y una versatilidad que las alternativas propietarias no poseen. En el caso de Solus, creo que podríamos considerarlo un fork de sí mismo. La aventura de Solus comenzó en 2012 bajo el nombre SolusOS, luego fue abandonado en octubre de 2013 y «rescatado» en 2014, después pasó a llamarse Solus (brevemente fue Evolve OS), y en diciembre del año pasado llegó su versión 1.0. Hoy, nos encontramos con el primer «point release» de Solus, la versión 1.1 «Shannon».
A simple vista, puede que la interfaz nos haga recordar un poco a GNOME, pero en realidad se trata de un entorno de escritorio diseñado en forma interna, con el nombre Budgie. Uno de los objetivos principales de Solus 1.1 fue corregir varias inconsistencias en el renderizado de iconos, al igual que problemas en sus funciones, tamaños y colores. Después descubrimos el reemplazo definitivo de GDM por LightDM, una decisión orientada a mejorar el rendimiento y reducir la carga en el CPU. Finalmente, Solus 1.1 integra actualizaciones para Mesa, Xorg, Nouveau, y los controladores X11 de Intel, además de soporte preliminar para OpenGL 4.1, y una compatibilidad con impresión mucho más amplia.
En resumen, Solus dio un gran salto de calidad con este build 1.1, pero todavía quedan pequeños detalles por resolver. He visto quejas sobre procesos básicos como el cambio de idioma en el teclado, o la ausencia de Google Chrome en su tienda de software (requiere una instalación manual), aunque me atrevería a decir que son clásicos «dolores de crecimiento» por los que toda distro debe pasar. En lo personal, puede que haga un lugar para Solus en mi netbook (admito que Xubuntu se siente muy cómodo allí), sin embargo, todos quedan invitados a descargar una copia (781 megabytes, sólo en 64 bits) y probarlo por su cuenta.