En más de una ocasión hemos escuchado y leído sobre la compleja relación que los habitantes de varios países de África sin acceso a una red eléctrica mantienen con el queroseno. El combustible se utiliza para cocinar e iluminar hogares, pero al mismo tiempo es costoso, y muy dañino a la salud. De más está decirlo, el queroseno no puede ser reemplazado de la noche a la mañana, sin embargo, la organización SolarAid busca ofrecer una alternativa con su SM100, una pequeña lámpara solar que funciona durante ocho horas, y que en teoría no cuesta más de cinco dólares.
Un minuto de microondas a plena potencia nos dan una taza de agua caliente lista para preparar té. Apagamos y encendemos luces casi por instinto, y a la hora de recargar dispositivos móviles, la parte más complicada suele ser encontrar una toma libre. Dicho eso… el continente africano nos cuenta otra historia. Una historia en la que casi 600 millones de personas viven sin electricidad, y deben invertir un promedio del 25 por ciento de sus muy limitados ingresos en queroseno, «el combustible de la pobreza». Muchos gobiernos ven al queroseno como una opción más económica y segura que cortar madera, pero genera problemas a nivel político (con extraños esquemas de subsidios que no alcanzan a toda la población, y altos impuestos a la tecnología solar), y también de salud, debido a su toxicidad. El consumo de queroseno no desaparecerá en el corto plazo, pero una meta más razonable es reducir la dependencia, y ahí es cuando intervienen proyectos como el de SolarAid, con su lámpara solar SM100.
Esta lámpara fue diseñada por la compañía británica Inventid, y producida por el fabricante chino Yingli Solar. SolarAid se encarga de la distribución en el continente africano, y la primera ronda de pruebas alcanzó a unas nueve mil familias en Malaui, Uganda, y Zambia. Su panel solar integrado es de 50 miliamperios, y la duración de su batería se extiende por un máximo de ocho horas con una carga completa (aunque el sitio oficial indica «más de cinco»). El flujo luminoso de la lámpara asciende a 18 lúmenes, dos veces más brillante que una lámpara pequeña y básica de queroseno. Incluye un soporte que la convierte en lámpara de mesa y permite colgarla del techo, además de ranuras para improvisar una banda elástica.
El objetivo de SolarAid es distribuir a la lámpara SM100 en África con un precio que no supere los cinco dólares. Los antes mencionados impuestos a la tecnología solar hacen que en algunos países sea más costosa, pero lo cierto es que la SM100 también sigue un modelo de reventa. Quien esté interesado en el proyecto puede colaborar a través de donaciones clásicas, o comprando una lámpara en la tienda de SolarAid. Su costo allí es de 10 libras esterlinas, con un promedio de 4 libras para el costo de envío internacional. Como alguien que ha usado queroseno en el pasado entiendo bien sus riesgos, y si la lámpara SM100 ayuda a reducir su consumo, bienvenida sea.