Menu
in

Solar System Voyager: El simulador de sonda espacial más «hardcore» que hayas visto

Trayectorias, delta-v… necesitamos ayuda

Solar System Voyager

La ciencia ficción nos ha presentado una idea demasiado… romántica sobre el vuelo espacial. Las naves van del punto A al punto B sin inconvenientes, sus maniobras son impresionantes, y la energía de los reactores no se agota nunca. En la vida real, ya es una pesadilla gigantesca llegar a órbita de forma segura, y una vez allí, cada gota de delta-v disponible debe ser calculada y consumida con extrema precisión. Eso es apenas una parte de lo que nos enseña Solar System Voyager, un simulador de sondas espaciales que para ser honestos, no podemos tocar sin leer su manual antes.

Uno de los problemas más frecuentes en mi aventura dentro de Kerbal Space Program es la falta de delta-v. O no tenía lo suficiente para llegar a órbita, o quemaba demasiado y mi astronauta se quedaba varado allí, esperando un milagroso rescate al estilo Mark Watney. Los fracasos dentro de ese juego suelen ser espectaculares y muy explosivos, pero tarde o temprano terminamos entendiendo cuál es nuestro error.

Ahora… imagina un simulador en el que no tienes nada de eso, salvo por una interfaz repleta de números que te ayuda a controlar una hipotética sonda con destino a otro planeta. El nombre de ese simulador es Solar System Voyager, y mi primera recomendación es muy simple: Descarga el manual antes de descargar el juego.



¿Por qué? Porque ni siquiera hay un proceso lineal de instalación disponible. Una vez que descargas Solar System Voyager y lo dejas descansando en una carpeta temporal, necesitas descargar el archivo de430.bsp de la Navigation and Ancillary Information Facility perteneciente al JPL de la NASA, y arrojar una copia dentro de la subcarpeta Data del simulador. Si no haces esto, el simulador presentará un mensaje de error y se cerrará.

El manual sugiere abrir uno de los planes de vuelo «de muestra» que hay en la instalación, Mars01. La interfaz presenta el nombre de la sonda, el destino, la «base espacial» (en este caso, Lagrange L2), y la lista completa de maniobras, que en el ejercicio actual ascienden a nueve. El mapa 3D es (dentro de todo) bastante fácil de interpretar: El signo positivo de color verde es nuestro objetivo, el rojo es la sonda, y ambos están acompañados por sus órbitas del mismo color.


Eeeeeeh…

Marte es la órbita verde. Nuestra sonda es roja.

Los métodos de propulsión disponibles son tres: Químico, eléctrico, y vela solar. La descripción para cada una de las maniobras (Inicio, transición con propulsión química, encendido y apagado del motor eléctrico, encendido y apagado de la vela solar, y tiempo de vuelo) también se encuentra en el manual, al igual que el resto de los datos técnicos.

Lo admito: Solar System Voyager es… denso. No hay gráficos, ni estrellas, ni planetas. Apenas un par de órbitas simuladas con puntos que representan planetas, y una cruz roja que hace de sonda. Si eres un apasionado de los aspectos más avanzados del vuelo espacial, este simulador te hará sentir como en casa. De lo contrario, siempre puedes obtener una copia de Space Engine o de Orbiter Space Flight Simulator para una experiencia más tangible.


Escrito por Lisandro Pardo

Leave a Reply