¿Estás cerca de una granada? Lo primero que debemos hacer es pedirte que tengas mucho cuidado. Ahora, ¿planeas estar cerca de una granada activa? Si la respuesta es afirmativa, tal vez quieras saber cuáles son tus probabilidades de sobrevivir a la explosión. El canal de Mark Rober en YouTube explora esta peculiar situación de dos maneras diferentes: Arrojarse al suelo a unos 4.5 metros de la granada, o caer con ella en una piscina, separado por una distancia similar.
La historia de la granada de mano se remonta a la época del Imperio Bizantino, pero el concepto de «versión moderna» vio un notable desarrollo a principios del siglo XX. Lo que en un momento fue considerado «armamento obsoleto» por las principales fuerzas militares de la época, rápidamente se vio revitalizado por su gran efectividad en las guerras de trincheras. Hoy, la variante de granada que mayor exposición tiene entre la gente debido a su presencia en películas y series es la de fragmentación.
¿Qué tan letal puede ser una de estas granadas?
Como referencia, el diseño M67 utilizado por el ejército de los Estados Unidos posee un radio efectivo de 15 metros, y en casos especiales se han detectado fragmentos a más de 200 metros de la explosión. En otras palabras, nadie en su sano juicio buscaría estar cerca de una granada así… pero quien desee tener una idea más sólida sobre sus posibilidades de sobrevivir, tal vez quiera ver esto:
El vídeo de Mark Rober nos enseña un ejemplo muy particular: Dos granadas activas caen hacia el suelo. Una permanece en tierra, mientras que la otra termina dentro de una piscina. Mark escoge arrojarse a tierra, manteniendo una distancia de unos 4.5 metros, mientras que su compañero opta por arrojarse a la piscina, a una distancia similar de la granada que cayó al fondo. ¿Cuál de los dos tiene mayores probabilidades de sobrevivir? La respuesta es Mark, en la tierra.
Al permanecer boca abajo con los pies apuntando hacia la explosión, Mark se convierte en un blanco mucho más pequeño frente a los fragmentos de la granada, y escapa a una buena parte de la onda expansiva. La buena noticia para su compañero es que la probabilidad de ser impactado por el fragmento de una granada es cero…
… pero la mala es que el agua tiene una compresibilidad muy baja, transformándose en un excelente «conductor» para la onda expansiva. El cuerpo humano no es totalmente macizo, ya que posee diferentes «bolsillos» de aire (pulmones, intestinos, senos nasales, etc.). La onda expansiva empuja al cuerpo, y el aire no puede responder con la misma fuerza, causando así terribles heridas internas, y la muerte. Si bien existe una pérdida de energía en la transferencia, tirarse a una piscina con una granada activa en su interior es una mala idea. Es como la pesca con dinamita… con la diferencia de que los peces, seríamos nosotros.