Un sistema de vigilancia, desarrollado por Hitachi Kokusai Electric y presentado recientemente en Japón, es capaz de analizar hasta 36 millones de rostro por segundo. Según el fabricante, será muy apreciado por los responsables de la seguridad de sitios muy concurridos, como aeropuertos, estaciones de tren o grandes superficies de compra, cuyos operadores podrán analizar los movimentos de quienes resulten sospechosos.
Los sistemas de vigilancia han avanzado mucho en los últimos años. Hace más o menos una década contábamos con cámaras de baja resolución, casi siempre en blanco y negro, que guardaban unos pocos cuadros por segundo en una cinta magnética. A pesar de que era mejor que nada, muchas veces resultaba imposible reconocer a un posible delincuente en las imágenes capturadas. Afortunadamente, los enormes avances que se han producido en el ámbito de la electrónica y la informática han sido capitalizados por los fabricantes de estos sistemas de vigilancia, que han conseguido mejorar enormemente la calidad y rendimiento de sus productos. Una muestra de ello es el desarrollado por Hitachi Kokusai Electric, que incorpora un sistema de reconocimiento facial capaz de identificar una cara entre 36 millones de rostros diferentes en un solo segundo. Si, leíste bien: analiza 36 millones de imágenes, las compara con las existentes en su base de datos y devuelve -si existen- los datos correspondientes al dueño de ese rostro en solo un segundo.
El sistema acaba de ser presentado en Japón y opera en tiempo real. La única limitación es que los rostros a comparar deben tener al menos 40 píxeles de lado. También deben haber sido tomadas con un ángulo -en sentido vertical u horizontal- no mayor a los treinta grados. Los resultados de la búsqueda aparecen en forma casi inmediata, y los operadores pueden revisar los vídeos de esas personas que posee el sistema, tomados antes o después del fotograma analizado. Los desarrolladores del sistema han pensado en “los clientes que tienen un sistema de vigilancia grande, como los ferrocarriles, las compañías eléctricas, la policía, y grandes tiendas”, quienes seguramente apreciarán las bondades de su producto. Como suele ocurrir en estos casos, mientras que los responsables de garantizar la seguridad aplauden el desarrollo de un sistema como éste (un software similar se utilizó para procesar los vídeos tomados por las cámaras del sistema de transporte británico y encontrar los responsables de los disturbios ocurridos en Londres el pasado verano), otros comienzan a preguntarse si la existencia de un sistema de estas características no representa un atentado a la privacidad de las personas, otorgando a las empresas que lo implementen información concreta sobre los movimientos de los ciudadanos.