Sí, ha llegado ese momento en la vida del usuario y del ordenador. Los limpiadores ya no alcanzan, el mantenimiento ha llegado a un límite, y reinstalar el sistema operativo sobre otra instalación anterior sólo hará las cosas peores. En otras palabras, es hora de formatear el disco. Después de que hayas arrojado al aire cada insulto conocido sobre la faz de la Tierra y hayas negado con la cabeza en señal de desesperación, deberás emprender esta dolorosa tarea. Aquí en NeoTeo te diremos lo necesitarás para llevarla a buen puerto, sin perder tu preciada salud mental en el camino.
Probablemente se trate de uno de los procedimientos más dolorosos en toda la informática. Aunque nadie puede negar que el factor número uno para el deterioro en el rendimiento de un ordenador es el usuario, tampoco podemos dejar libre de culpa al sistema operativo. La caída general en la capacidad de respuesta de los sistemas operativos Windows es bien conocida, y aunque el borrado completo del sistema puede posponerse de forma directamente proporcional al mantenimiento que reciba el sistema, llega un momento en el que los procesos de limpieza se vuelven insuficientes, y hay que utilizar el clásico cartucho de dinamita para imponer el orden sobre el caos digital.
La gran pregunta es, sin lugar a dudas, por qué sucede esto. Básicamente, sucede porque la capacidad de auto-limpieza de Windows es muy cercana a cero. Se acumulan controladores antiguos, rastros de programas permanecen depositados en el disco duro después de meses de haber sido quitados del sistema, y siempre habrá una cadena de Registro que se le escape incluso a los mejores limpiadores del mercado. Tampoco hay que olvidar a los archivos temporales: Su vigilancia debe ser casi diaria, ya que un leve descuido nos recompensará con 600 o 700 megabytes de temporales, descostillándose de la risa ante nuestro pequeño desliz.
Por supuesto, también hay que considerar otras circunstancias como una infección masiva de malware. En algunos casos, la infección es tan profunda que ni siquiera los mejores antispyware podrán controlar la situación, y en el caso de que lo hagan, el sistema operativo quedará tan afectado por el proceso de post-limpieza que no valdrá la pena seguir luchando con esa instalación. Sea cual sea la razón, para todo usuario llega ese momento crítico en el que debe elevar el estado DEFCON y abrir los silos. Ninguna instalación es eterna. Otros sistemas operativos pueden tardar más en sentir este agotamiento digital, pero tarde o temprano llegan al mismo escenario, y el temido proceso de formatear un disco duro no será una opción, sino una necesidad. Para sobrevivir a la debacle, necesitarás algunas cosas…
1) Tiempo
Estamos convencidos de que muchos usuarios nos deben odiar cada vez que nombramos a esta palabra, pero honestamente, no lo hacemos a propósito. No hay soluciones mágicas aquí: Todo proceso informático necesita tiempo, y formatear el disco duro no es la excepción. Si no te importa terminar con un sistema en condiciones esqueléticas, necesitarás de al menos un buen par de horas como mínimo para hacer regresar a tu ordenador de las tinieblas. Recuerda que la demora en la reinstalación del sistema operativo depende tanto de la velocidad general del ordenador como de algunos parámetros que hayas escogido durante la fase de instalación. Si nos enfocamos estrictamente sobre la duración de la copia de archivos, toda la familia Windows ha mejorado mucho, y ni hablar de algunos ejemplos dentro de Linux. Algunos de sus tiempos de instalación son en verdad breves.
2) Backup
Creían que iban a poder escapar de esto, ¿verdad? Pues mala suerte, porque no podrán. Una de las razones por las que insistimos hasta el hartazgo en que deben contar con respaldos actualizados es por si se encuentran en la necesidad de hacer volar por los aires a su instalación actual. Todo método sirve: Discos ópticos, pendrives, discos duros y/o particiones auxiliares, cargar todo a Internet, lo que sea. Cuanto más lejos se encuentren los datos personales de la partición del sistema, mejor. Este también es uno de los motivos por los que me niego rotundamente a utilizar la carpeta Mis Documentos para guardar archivos importantes, y básicamente esto se puede extender a cada carpeta que comienza con “Mis” dentro de Windows. Si por alguna razón se olvidan de salvar estos datos y comienzan el formato, bueno… ya saben. Y esto incluye a todos los correos electrónicos, tanto los mensajes como la lista de direcciones y la configuración POP, para quienes utilicen clientes locales al estilo Outlook.
3) Lista de software
Esto es a su vez un paso a seguir y una advertencia. Obviamente, las instalaciones de los programas se perderán una vez que se inicie el proceso de formato. Lo único que se puede salvar son los datos creados en esos programas, pero la estructura de la aplicación instalada en el disco duro, no. En otras palabras, si tenían Office 2007 instalado en el sistema, podrán salvar todos los documentos y planillas que han hecho, pero Office 2007 deberá ser reinstalado desde cero. Hagan una lista de los programas que tienen instalados en el sistema, al menos de los más importantes, ya que irán recordando al resto a medida que los necesiten. Y al mismo tiempo es una advertencia porque, si no recuerdan todo lo que tienen instalado, tienen demasiado. Instalar un programa para utilizarlo una vez cada cuatro meses no tiene sentido. En esta lista, el primer ítem debería ser indefectiblemente un antivirus. Cuando apenas se conecten a la red después de haber formateado al disco, es preferible contar con una protección que tenga un par de días de antiguedad, a no tener ninguna en absoluto. Una vez instalado, el antivirus tomará la primera oportunidad que encuentre de actualizarse, una vez que el ordenador se encuentre conectado a Internet.
4) Controladores
Este paso, al igual que los anteriores, conviene llevarlos a cabo antes de comenzar con el formato de disco propiamente dicho. Aunque las últimas versiones de Windows han mejorado mucho en este aspecto, la presencia de los controladores sigue siendo crítica. Recuerden a nuestro artículo con las direcciones web de los fabricantes de hardware más importantes del mercado, si quieren ahorrar algo de tiempo. Se puede obtener una funcionalidad mínima a través de los controladores de vídeo y sonido, pero no olviden a otros controladores de gran importancia como el chipset, la tarjeta de red (pueden quedar sin conexión si no descargan esto antes), y otros dispositivos adicionales como una impresora o una editora de vídeo, en caso de que posean una.
5) Configuraciones
¿Qué queremos decir exactamente con “configuraciones”? Bueno, si ingresan a sitios web directamente sin escribir contraseñas, o poseen algún parámetro especial para su conexión a Internet, este es un muy buen momento para anotar todo eso. Por si no ha quedado claro: Formatear un disco es un proceso destructivo. He visto demasiados casos de usuarios fastidiados porque olvidaron anotar la contraseña de la cuenta de correo configurada en Outlook, y que procedieron a echarle la culpa a la nueva instalación por no haberla conservado, cuando debieron haber sido esos mismos usuarios quienes en primer lugar deberían haber anotado la contraseña, o en un caso mejor, no haberla olvidado. ¿Quieren un gran truco, fabuloso e infalible, para no olvidar contraseñas? Escríbanlas siempre, y nunca las guarden en el ordenador. No me odien, porque funciona, y muy bien.
6) ¡Valor!
Si ya tienen los respaldos hechos, la lista de software, los controladores necesarios y cualquier configuración especial adicional anotada, entonces es hora de tomar el disco de instalación, y comenzar con el formato. Tendrán dos opciones a la hora de borrar todo: Un proceso rápido, o uno completo. Si el disco duro es relativamente nuevo, entonces pueden tomar el camino corto y escoger el formato rápido, pero si ya han utilizado a ese disco durante un tiempo considerable, siempre conviene realizar un formato completo, para comprobar la agilidad general del disco. Si llegara a haber algún sector dañado, el formato completo puede detectarlo y aislarlo para que no cause problemas después, pero eso es un indicio de que la edad u otro problema mecánico está afectando a nuestro disco. La duración del formato completo es directamente proporcional a la capacidad del disco. ¿Por qué creen que lo primero que recomendamos es contar con tiempo?
7) Volcar los datos
Una vez que el formato está completo, y la instalación finalizada, es hora de hacer regresar al ordenador de sus vacaciones temporales. Lo primero a instalar deberían ser los controladores. Luego, el antivirus e inmediatamente después la conexión a Internet. Después de eso, cualquier actualización necesaria tanto para el sistema operativo como para el antivirus. El siguiente paso sería instalar los programas, y finalmente, que nuestros respaldos regresen al sistema. El orden mencionado aquí no tiene que ser respetado a rajatabla, pero es uno de los más seguros.
Para concluir, un toque de ironía, irreemplazable en estos casos: Una vez que hayan hecho todo esto, deberán limpiar el Registro, vaciar los temporales, y desfragmentar. Bienvenidos a las trincheras otra vez, muchachos. La lucha por el mantenimiento y el máximo rendimiento en nuestros ordenadores nunca termina, ni siquiera luego de haber formateado el disco de sistema. ¡Buena suerte!