El reconocimiento facial es una de las tecnologías más llamativas, y a la vez más perturbadoras que hemos visto. Detectar la presencia de alguien en una o varias imágenes es una cosa, pero si el reconocimiento facial puede calcular otros parámetros como el estado de ánimo y la edad aproximada, todo se vuelve más serio. Eso es lo que ha hecho la Sociedad Fraunhofer con su programa SHORE, y la asistencia de Google Glass.
Hace más de un mes que no invocamos a Google Glass en el sitio, y eso se debe fundamentalmente a la falta de noticias oficiales. El gigante de Mountain View continúa dilatando el lanzamiento general de Glass, y son cada vez más los usuarios que se preguntan si realmente va a llegar al mercado. Los detalles sobre privacidad y su utilización en entornos privados no se han resuelto, pero también existen otras limitaciones, como la duración de la batería, y sus potenciales aplicaciones. Muchas compañías han explorado el paquete de recursos que ofrece el hardware, y en la mayoría de los casos, los proyectos que consideramos más interesantes requieren salir de la caja de arena de Google.
El más reciente de esos proyectos llega como cortesía de la Sociedad Fraunhofer, la misma que desarrolló el formato mp3. El nombre asignado para la aplicación es SHORE, y aunque su función principal es la de reconocer rostros y objetos, los responsables llevan ese reconocimiento al siguiente nivel. Utilizando el hardware integrado a Google Glass, SHORE analiza cada uno de los rostros que detecta, y calcula ciertos aspectos, como el género, la edad aproximada, y el estado de ánimo. SHORE tiene la capacidad de reportar si una persona está feliz, triste, enojada o sorprendida, al mismo tiempo que mantiene un rendimiento decente (un promedio de 10 FPS) sobre el accesorio.
SHORE no requiere ninguna clase de conexión con el exterior, o sea que las imágenes y el vídeo nunca salen del dispositivo, lo que debería garantizar (en teoría al menos) la privacidad de las personas. El margen de error para la estimación de la edad aún es un poco amplio, pero su precisión en género y estado de ánimo ya se encuentra en el 94.3 y el 91.5 por ciento respectivamente. Todos los componentes de SHORE son propietarios, por lo tanto, es probable que no veamos al software en ninguna tienda. También debemos mencionar que SHORE se come cruda a la batería, y entre sus supuestas aplicaciones, la Sociedad Fraunhofer menciona publicidad, estudios de mercado y telepresencia, entre otras cosas.