Sergei Konstantinovich Krikalev ya era un cosmonauta experimentado cuando visitó a la estación Mir por segunda vez en mayo de 1991. Sin embargo, ningún entrenamiento podía prepararlo para los cambios políticos de alto impacto que se desarrollaron en los meses siguientes. La Unión Soviética formalizó su disolución en diciembre de ese año, dejando a Krikalev en una situación muy extraña. Al haber sido enviado al espacio por un país que ya no existía, su única opción fue extender su residencia en la estación…
La expedición Soyuz TM-12 a la Estación Mir fue lanzada el 18 de mayo de 1991. Algunos la recuerdan bien debido a una pasajera muy especial: Helen Sharman, primera astronauta británica, y primera mujer en visitar la estación. Sharman estaba acompañada por el comandante Anatoly Artsebarsky, y el ingeniero Sergei Krikalev.
Todo parecía indicar que Mir continuaría con sus actividades normalmente (Sharman regresó a tierra ocho días más tarde), sin embargo, el 19 de agosto de 1991, un grupo de elementos pertenecientes a las líneas más duras del Partido Comunista iniciaron un golpe de estado buscando derrocar a Mijaíl Gorbachov. La Unión Soviética estaba en jaque, y tenía dos cosmonautas en el espacio…
Una fuente sugiere que Krikalev acordó permanecer como ingeniero para la próxima tripulación, ya que los dos siguientes vuelos habían sido comprimidos a uno (Soyuz TM-13), programado para el 2 de octubre. Pero también existe otra versión: El gobierno de Kazajistán (cuya independencia era inminente) le demandó a Moscú una verdadera fortuna por el uso del Cosmódromo de Baikonur, y el «trato» para acceder a un importante descuento fue el envío en Soyuz TM-13 del primer cosmonauta kazajo, Toktar Aubakirov. El regreso de Aubakirov ocho días más tarde, su falta general de experiencia, y la brutal crisis presupuestaria habían dejado a Krikalev sin un asiento. No podían traerlo de vuelta.
Y así fue como Sergei Krikalev terminó acompañado por el comandante de Soyuz TM-13, Aleksandr Volkov. El colapso definitivo del estado durante la Navidad de 1991 transformó a ambos cosmonautas en «los últimos ciudadanos de la Unión Soviética». El envío de provisiones se volvió un verdadero dolor de cabeza (ni siquiera lograron enviar miel de calidad para Krikalev), pero aún así continuaron con los experimentos, e incluso llevaron a cabo una caminata.
Krikalev regresó a casa el 25 de marzo de 1992, y encontró un país completamente diferente al que había dejado, aunque su aventura espacial no terminó allí. En octubre de 1992, la NASA anunció que estaba muy interesada en permitir el vuelo de un cosmonauta experimentado en el Transbordador Espacial. Krikalev fue el escogido, viajando a bordo del Discovery en STS-60 a principios de febrero de 1994. En diciembre de 1998 formó parte de STS-88 (la primera misión del Transbordador Espacial a la Estación Espacial Internacional), y recibió el privilegio de convertirse en uno de los «primeros 3», los tripulantes de la histórica Expedición 1.
El tiempo total de Sergei Krikalev en el espacio durante su carrera fue de 803 días, 9 horas, y 39 minutos.
Pushinka, una perra soviética en la Casa Blanca
me recordo la pelicula de Tom Hanks, The Terminal; — por cierto, no encuentro el boton para iniciar sesion
Ya no existe.
Hola!!!
Agreguen un detalle! Serguio un cubano amigo de mi padre logro establecer comunicacion con el desde cuba, un filme cubano esta inspirado en esta historia, “Serguio y Sergei”
Saludos de un cubano