Toda compañía tiene su cuota de prototipos, lanzamientos fallidos, dispositivos raros y desarrollos adelantados a su tiempo. En algunos casos, los fracasos fueron bastante grandes (por no decir «mediáticos»), pero en otros ocuparon una posición muy extraña, a un extremo tal que (casi) se han perdido en la oscuridad. Un buen ejemplo es el Sega Electronic Comics System, accesorio diseñado para leer cómics interactivos, el cual prometía licencias de muy alto nivel como Superman y X-Men.
Siempre es interesante explorar el pasado de las compañías más reconocidas. Recorrer su historia no sólo deja expuesto qué las llevó a la fama, sino cuáles fueron los errores que en muchas ocasiones las hizo desaparecer por completo. Al parecer, el primer paso se reduce a prometernos el futuro. «El futuro de los videojuegos», «el futuro de las telecomunicaciones», «el futuro de la realidad virtual», y un largo, largo etcétera.
Después descubrimos que el futuro nunca llega, o peor aún, que su visión del futuro era completamente diferente a lo que esperaba el consumidor. Y en el camino quedan diseños, prototipos, accesorios, aplicaciones… toda clase de hardware y software que por diferentes motivos no logra cruzar la cinta roja, o muere acumulando polvo en una estantería.
Sega Electronic Comics System
En esta oportunidad, la red de redes nos cruzó en la ruta del Sega Electronic Comics System. La única referencia visual del dispositivo está en la página 11 de la revista Popular Science, edición perteneciente a abril de 1995. De acuerdo a la breve publicación, el Sega Electronic Comics System ofrecía al usuario la posibilidad de leer cómics especiales, que trabajaban en conjunto con un touchpad compuesto por 200 puntos de contacto.
Cada vez que el lector tocaba el cómic, podía golpear a los villanos, activar códigos secretos, y tomar decisiones específicas, lo que convertía al cómic en una especie de «Escoge tu propia aventura». X-Men, Batman y Superman eran tres de las franquicias principales, y el precio del dispositivo en el mercado estaba pactado en 50 dólares, con dos cómics incluidos. El precio por cada cómic adicional y su cartucho interactivo sería de 20 dólares.
Sin embargo, el rastro se termina ahí. En 1994, Sega exploraba mercados extraños como las suscripciones al Sega Channel, en noviembre lanzaría la Sega Saturn, y en octubre de 1995 seguiría con la Sega Nomad, lo que hoy representan dos fracasos al hilo.
El Sega Electronic Comics System nunca vio la luz, asumo por cuestiones de licencias más que por detalles técnicos. Actualmente, las tablets absorbieron por completo el teórico rol de ese dispositivo, pero si viste uno en alguna parte, o mejor aún, si tienes acceso al hardware, nos encantaría saberlo…
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