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Sangre artificial, más cerca de la realidad

Elemento frecuente dentro de la ciencia ficción, aunque una necesidad legítima en la vida real. Los bancos de sangre luchan diariamente para sostener sus reservas, y la sangre artificial podría solucionar definitivamente cualquier problema de escasez. Todavía estamos lejos de su producción en masa, pero un nuevo desarrollo basado en células madre tiene luz verde para ingresar a una fase de pruebas clínicas, que concluirá en 2017.

La donación de sangre es un tema muy particular, con múltiples variantes en cada región del globo. Algunos países dependen de las extracciones remuneradas para mantener a sus bancos de sangre en niveles aceptables, mientras que en otros es ilegal recibir cualquier tipo de compensación, y apelan al desarrollo de amplias campañas en busca de donantes voluntarios. Generalmente, el volumen de sangre disponible tiende a ser insuficiente. Tampoco debemos olvidar que existe cierta fecha de vencimiento (menos de un mes en el caso de sangre total), y el “stock” necesita ser renovado en consecuencia. Por otro lado, el concepto de sangre artificial nos ha acompañado durante varios años. Fluosol y PolyHeme fueron dos de los llamados “sustitutos sanguíneos” que obtuvieron aprobación o alcanzaron una fase avanzada de pruebas, pero por diferentes razones fueron abandonados.

Otros desarrollos se inclinaron en favor de las células madre como base para la sangre artificial. En enero de 2013, se reportó que el IIT-Madras estaba listo para iniciar la producción en masa de sangre artificial, y ahora, llegan novedades similares a través de una investigación financiada por el Wellcome Trust, una fundación dedicada a obtener fondos para proyectos de biomedicina. De acuerdo al profesor Marc Turner, investigador principal, su equipo creó glóbulos rojos (eritrocitos) a partir de células madre pluripotentes inducidas. Al reproducir condiciones bioquímicas parecidas a las del cuerpo humano, las células madre maduraron en glóbulos rojos del tipo 0 (cero). El profesor Turner reconoce todas las investigaciones previas, pero destacó que es la primera vez en la que se logró fabricar sangre obedeciendo cada parámetro de calidad y seguridad requerido para realizar transfusiones en humanos.

Ahora, esta sangre artificial debe ingresar en una prolongada fase de pruebas. Lo más probable es que dichas pruebas sean concentradas sobre el tratamiento de pacientes con Talasemia, un complejo tipo de anemia que demanda transfusiones frecuentes. El siguiente paso será monitorear de cerca el comportamiento de los glóbulos artificiales, y si todo va bien, el procedimiento debería completarse en los últimos meses de 2016, o a comienzos de 2017. Lamentablemente, el profesor Turner admite que la producción en masa será un desafío aparte. Una simple unidad de sangre (aproximadamente 450 mililitros) contiene un billón (nuestro billón) de glóbulos rojos, por lo tanto, no podemos pensar en “fábricas de sangre” todavía, pero si la prueba de concepto es exitosa, esto podría cambiar dentro de algunos años.

Escrito por Lisandro Pardo

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