La empresa que ha alterado por completo el panorama en el ecosistema Android y no deja de provocar nerviosismo entre sus competidores, ha lanzado un nuevo smartphone. Samsung ha escogido a la ciudad de New York para revelar al mundo el nuevo miembro de la familia Galaxy, el S 4. Con una pantalla de cinco pulgadas a resolución 1080p y una variante que utiliza el Exynos 5 Octa, el nuevo Galaxy S IV no sólo tiene lo suficiente para convertirse en el smartphone insignia de Samsung, sino también para intentar establecerse como vanguardia entre los productos Android del mercado.
Se está haciendo cada vez más difícil innovar en el mercado de los smartphones. Formato, funcionalidad y rendimiento son tres factores que están muy bien definidos. Las empresas saben qué funciona y qué no, por lo tanto, lanzar versiones pulidas de generaciones anteriores tiende a ser la regla. Similitudes en los diseños llevan inevitablemente a conflictos legales entre los gigantes del mercado, y si hay alguien sabe una cosa o dos sobre eso, es Samsung. Más allá de que perdió su dura batalla con Apple en la corte, el fabricante surcoreano logró resistir el impacto, y además de controlar ampliamente el ecosistema Android, se mantiene como el fabricante de smartphones más grande del mundo. ¿Qué es lo que tiene Samsung para enseñar de nuevo? Nada menos que al último representante de su familia Galaxy.
El nuevo Samsung Galaxy S 4 mantiene un diseño simple y curvo (plástico con marco metálico), en sintonía con lo que se ha visto en generaciones previas. Uno de los primeros elementos que llama la atención es su pantalla de cinco pulgadas, con resolución 1080p y una densidad de 441 píxeles por pulgada. Estudiando más de cerca el SoC, sabemos que habrá dos variantes, una que utilizará un Qualcomm Snapdragon de cuatro núcleos a 1,9 GHz (no se reveló exactamente qué modelo de Snapdragon es), y la otra con el flamante Exynos 5 Octa, con doble frecuencia de 1,6 GHz para los núcleos A7, y 1,2 GHz para los núcleos A15. La memoria se mantiene en 2 GB de RAM (aunque ahora es LPDDR3), y el espacio disponible está determinado por modelos de 16, 32 y 64 GB. Posee ranura microSD, dos cámaras de 13 (trasera) y 2 (frontal) megapíxeles respectivamente, soporte LTE de acuerdo a la región, y el clásico batallón de conectividad que no puede estar ausente en un smartphone de alta gama. La batería del Samsung Galaxy S 4 es de 9,88 Wh (reemplazable por el usuario), y la versión de Android es 4.2.2 (con algunos ajustes de Samsung).
Aun así, entre el grupo de sensores descubrimos un detalle que probablemente debió existir en los smartphones desde hace un buen tiempo, y se trata de un termómetro/barómetro para medir temperatura y presión atmosférica. Entre sus funciones agregadas, Samsung incorpora su propia solución de traducción S Translator, después está S Health que mide la distancia recorrida y reporta el clima (allí es en donde entra el termómetro) Group Play para realizar streaming de música a un máximo de ocho dispositivos Galaxy S 4, y el Air View, una tecnología derivada de los dispositivos Galaxy Note, que permite hacer scroll “en el aire” sin tocar la pantalla, entre otras. Samsung se ha guardado algunos datos, como por ejemplo el GPU asociado a cada SoC y el precio final. También es evidente que las unidades presentadas no eran finales, debido a cierto lag en la interfaz y a que no se permitieron benchmarks. De todos modos, son datos que Samsung inevitablemente deberá exponer en los próximos días. Los primeros envíos del Samsung Galaxy S 4 se llevarán a cabo en abril.
