Todos debemos irnos tarde o temprano, pero son relativamente pocos los que logran tener sus asuntos en orden cuando llega el momento. La relación entre la tecnología y la muerte siempre ha sido incómoda, especialmente en esta era de redes sociales y perfiles virtuales. El punto es que cada persona enfrenta el proceso de manera diferente, y con eso en mente, SafeBeyond surge como una opción que nos permite dejar una especie de legado digital, con mensajes personales, imágenes y documentos.
La muerte genera toda clase de sensaciones y reacciones. Para algunos es un enemigo a vencer, y para otros, algo que debemos aprender a aceptar. Aún así, la mayoría tiende a no pensar en ella, con un éxito que me atrevería a marcar como limitado. En lo personal me resulta más sencillo hablar sobre este tema colocándome como ejemplo. Tengo 35 años, y algunos problemas de salud. Nada grave por ahora, pero cada nuevo dolor o molestia carga consigo esa posibilidad. No sé si voy a contar con otros 35 años de vida, y por más oscuro que sea ese pensamiento, nada le puede quitar lo honesto.
Entonces, ¿qué podemos hacer? La muerte nos alcanza, pero eso no significa que deba reclamar nuestra compañía sin decir nada antes. Eso es exactamente lo que ofrece SafeBeyond. Bajo este servicio es posible grabar vídeos, dejar mensajes programados, almacenar documentos personales y otros tipos de datos utilizando a su aplicación oficial (Android por ahora, iOS muy pronto), o ingresando directamente al sitio. Otro aspecto muy importante de SafeBeyond es que habilita al usuario para asignar herederos digitales, quienes recibirán acceso a la información almacenada (ya sea en esta o en otras plataformas) y a los perfiles en redes sociales.
El acceso gratuito a SafeBeyond entrega un máximo de 1 GB para almacenar datos, sin embargo, esto se puede expandir a 30 GB con una cuota de ocho dólares mensuales. En su primer mes de funcionamiento, SafeBeyond sumó más de cinco mil usuarios, una clara demostración de que hay mucha gente allá afuera pensando en dejar algo de sí mismos para sus seres queridos antes de partir. La gran duda es cómo lo tomarán aquellos que quedan atrás. La línea entre el mensaje conmovedor de un padre fallecido y un «fantasma digital» que aparece de la nada puede llegar a ser mucho más delgada de lo que imaginamos…