Y pensar que en una época era suficiente para nosotros un grupo de píxeles con la forma de un Cessna a modo de simulador. El nuevo sistema RP-360 abandona por completo algunos de los conceptos que teníamos en simuladores de vuelo, ya que se trata de un domo de poco más de tres metros, dentro del cual un piloto en entrenamiento podrá observar en cualquier dirección y con un nivel de detalle escalofriante, gracias a la masiva aplicación de tecnología que hace su fabricante.
El último Flight Simulator lanzado por Microsoft tiene más de cinco años, y la nueva versión que simplemente se llamará “Flight” ni siquiera tiene fecha de lanzamiento. Tal vez en lo que se refiere a videojuegos, los simuladores hayan caído un poco en desgracia, aunque a nivel civil, comercial y especialmente militar, el valor de los simuladores sigue intacto, al punto de invertirse años enteros y millones de dólares en desarrollo. Citar al “holodeck” de Star Trek ya es una especie de estribillo en estos casos, pero una compañía belga llamada Barco tiene algo que, en el caso de la simulación de vuelo, está entre lo más cercano que hemos visto a la vida real.
El dispositivo se llama RP-360, y como lo revela su nombre, es un simulador de vuelo en 360 grados. Un total de trece proyectores HD (diez megapixeles cada uno), calibrados con una compleja disposición de rayos láser de alta precisión, se reflejan sobre la superficie externa de un domo de acrílico de casi tres metros y medio de diámetro. La resolución es tan alta que un piloto podrá ver a un enemigo a una distancia de doce kilómetros (virtuales, claro), y el sistema también puede generar imágenes infrarrojas, para simular vuelos (y combates) nocturnos o de muy baja visibilidad. El RP-360 puede entrenar a un piloto individualmente, pero también pueden ser conectados en serie para entrenar varios grupos de pilotos a la vez, e incrementar la complejidad de la simulación.
Era lógico que semejante simulador capturara la atención de algunas de las fuerzas militares más importantes del globo, por lo que no sorprende que la Fuerza Aérea Israelí ya haya ordenado ocho sistemas RP-360 para entrenar a sus pilotos, que estarán en operación el año entrante. Lamentablemente, lo que no parece haber circulado es el precio de un RP-360, al menos para saber qué tan lejos estamos del delirio de tener uno de estos en casa, pero tampoco hay que desesperarse. Si conocemos bien a la tecnología, en una década o menos tendremos un equivalente para instalar en nuestra sala de estar.