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Rolls-Royce y su primer coche eléctrico

El nombre Rolls-Royce no necesita ninguna clase de presentación o explicación. Sus creaciones mezclan ingeniería del más alto nivel, el más minucioso trabajo artesanal, y un lujo que prácticamente no tiene comparación. Por lo tanto, la idea de un coche eléctrico tal vez parezca incompatible con la filosofía de Rolls-Royce, pero esto no es así. Basándose en nada menos que su modelo Phantom, el histórico fabricante de West Sussex está considerando seriamente ampliar su oferta con un modelo a propulsión eléctrica, que contaría con varios beneficios adicionales en el Reino Unido.

Con sólo decir “Rolls-Royce Phantom”, automáticamente se está hablando de lujo, y del puro. Además de permitir que el cliente pueda personalizar su fabricación, también combina la mística del trabajo artesanal con la más alta tecnología, respaldada por nada menos que un motor V12 capaz de generar más de 400 caballos de fuerza. Con semejante motor, se puede asumir que el Phantom no es un vehículo necesariamente “verde”, y teniendo cuenta el perfil de cliente que puede desear un Phantom, es un factor que no parece demasiado importante. Sin embargo, en Rolls-Royce han sorprendido con la decisión de desarrollar un coche eléctrico, experimentando a partir de su actual Phantom.

El proyecto es conocido como “102EX”, y tiene como objetivo acumular la mayor cantidad de datos de investigación que sea posible, buscando ofrecer en un futuro la alternativa de propulsión eléctrica para sus clientes. Con un valor que ronda los 340 mil euros, el Phantom hará como “base” para que los ingenieros puedan establecer si una edición eléctrica es viable. Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es que el vehículo pueda mantener una constancia de operación bajo diferentes climas, ya que podrían afectar de forma considerable el rendimiento de las baterías. Con sus principales clientes diseminados por todo el globo, ciertamente no es un detalle menor.

Por otro lado, un vehículo de estas características tendría acceso a varios beneficios vigentes en el Reino Unido, como una reducción de impuestos e incluso estacionamiento gratuito en ciertas áreas críticas. Para alguien que sea capaz de comprar y mantener a un Phantom, los beneficios tal vez no parezcan muy importantes, pero independientemente del vehículo buscan minimizar la congestión vehicular y la contaminación que sufren algunas de las grandes ciudades. Rolls-Royce no está considerando ningún límite para comprobar qué tanto potencial hay en su proyecto. El vehículo aparecerá en el “Geneva Motor Show” en marzo, será llevado de gira por Europa, Asia, Oriente Medio y Estados Unidos, y algunos dueños selectos de un Phantom podrán hacer un “test drive” del vehículo y expresar sus opiniones. Una cosa queda en claro: La “experiencia Rolls-Royce”, no se negocia.

Escrito por Lisandro Pardo

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