Parece que los robots están decididos a conquistar el mundo. Su proyecto de dominación mundial ha comenzado de una extraña manera, ya que en lugar de secuestrar a los lideres mundiales y tomar su lugar, se han contentando con demostrarnos que buenos son jugando al ping-pong. Bromas aparte, un equipo de especialistas en robótica de la Zhejiang University, en China, han desarrollado una pareja de robots que no solo juegan tenis de mesa sino que lo hacen mucho mejor que la mayoría de los humanos. Se trata de todo un desafío tecnológico, y seguramente mucho de lo aprendido durante el desarrollo de esta simpática pareja podrá aplicarse en la construcción de futuros robots.
El nombre oficial del tenis de mesa, a menudo conocido en occidente simplemente como “ping-pong”, en China es “bola de ping-pong“. Todos hemos visto en televisión lo bien que juegan los habitantes de ese país, y en las competencias internacionales no es raro que se lleven los primeros premios. Pero esa supremacía parece estar llegando a su fin: un grupo de roboticistas de la Zhejiang University de ese mismo país ha desarrollado una pareja de robots que pueden jugar al tenis de mesa tan bien como un deportista humano federado.
Los robots tienen aspecto humanoide, y parados sobre sus dos patas juegan sobre una mesa convencional, utilizando la misma paleta y pelota que utilizarías tú para jugar una partida con un amigo. La cabeza de estos robots poseen un par de cámaras que les proporcionan visión estereoscópica, y por lo que se ve en el vídeo el software de reconocimiento de formas en tiempo real con el que los han equipados es prácticamente perfecto. El ordenador que los controla se encarga de analizar cada cuadro de la imagen para determinar la posición y velocidad de la pelota, y a partir de esos datos mover correctamente los motores que posee cada una de las articulaciones de sus brazos. El resultado es realmente espectacular, y los robots pueden jugar una partida entre ellos o contra un humano, que casi siempre se retira de la cancha derrotado.
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Cuatro años de trabajo fueron necesario para que los robots gemelos, apodados “Kong” y “Wu”, estuviesen listos. Poseen aproximadamente el mismo tamaño y peso que un humano -miden 1.60 metros de alto y pesan unos 55 kilogramos de peso- y sus extremidades poseen en total más de 30 grados de libertad. Sus “ojos” son mucho más eficientes que los nuestros, y pueden procesar 120 imágenes por segundo. A partir de ellas obtienen los datos relativos a la posición de la paleta, el jugador contrario y la cancha, y luego de analizarlos realizar los movimientos adecuados. Su tiempo de reacción es de entre 0,05 y 0,1 segundos y pueden colocar la pelota en en el campo contrario con una precisión de 2,5 centímetros. Pero lo más interesante de todo esto es que Kong y Wu no fueron diseñados específicamente para jugar tenis de mesa. Son parte de una iniciativa china para desarrollar robots humanoides para usos generales, y este deporte solo ha servido para probar la eficacia del software de procesamiento de imágenes y la precisión de sus movimientos.
