La ciudad de San Francisco atraviesa uno de los procesos de gentrificación más complejos que se haya visto en los últimos años. Eso ha llevado a una crisis de indigencia, que inevitablemente está asociada a un aumento del delito. En vez de explorar una solución de fondo trabajando junto a las autoridades, algunas compañías y organizaciones decidieron implementar su propia estrategia para alejar a los indigentes, como fue el caso de la SPCA local, que desplegó un robot Knightscope con la intención de «patrullar» la zona.
A mediados de 2014, la multinacional Tesco se vio envuelta en un escándalo causado por una serie de «clavos anti-indigentes» instalados frente a una de sus tiendas en la ciudad de Londres. La compañía cedió ante la presión del público, pero obviamente el conflicto principal no desapareció. Se calcula que 8.000 personas duermen en las calles de Londres cada año, invisibles hasta que sucede algo como lo de Tesco. Al otro lado del charco, en la brillante y tecnológica San Francisco, las últimas estadísticas colocan el número final en 7.500 indigentes. Su situación es mucho peor si tenemos en cuenta que San Francisco posee la décima parte de la población de Londres, y en vez de usar clavos frente a las tiendas, algunos decidieron activar robots…
La noticia explotó en las primeras semanas de diciembre, pero aún sigue haciendo ruido. La división San Francisco de la protectora SPCA desplegó un robot Knightscope para patrullar la zona cercana a sus instalaciones, en un intento por «disuadir» a los indigentes, y reducir incidentes como la aparición de agujas, o daños en vehículos. Técnicamente, el Knightscope no tiene ninguna capacidad de utilizar fuerza (sea letal o no letal), pero viene equipado con cuatro cámaras, se mueve a una velocidad máxima de 4.8 kilómetros por hora, y sale más barato que un guardia de seguridad real, con un alquiler fijo de seis dólares por hora. La SPCA reportó que en su primera semana de «trabajo», el robot fue cubierto con una lona, golpeado, derribado, atacado con salsa (para cubrir sus sensores), y según algunas personas en Twitter… con excremento.
Como era de esperarse, Knightscope defendió la presencia de su robot, recordó que la SPCA tiene el derecho de proteger sus propiedades, empleados y visitantes, y que los problemas en la zona disminuyeron. Sin embargo, cualquier debate profundo al respecto quedó congelado por una nueva ley local que restringe drásticamente el uso de robots en la vía pública. De hecho, SPCA debió retirar al Knightscope, porque de lo contrario se arriesgaba a pagar una multa de 1.000 dólares diarios. ¿Continuará…?