No importa qué tan avanzados sean los robots y los ordenadores hoy, todavía dependen de las instrucciones humanas. Diferentes desarrollos sobre inteligencia artificial y aprendizaje de máquinas esperan cambiar eso, y en esta ocasión, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington State creó un método para que un sistema robótico le enseñe a jugar Pac-Man a otro.
Sí, ya conocemos el ejercicio muy bien: Máquinas que aprenden, adquisición de consciencia, reconocimiento de la debilidad elemental del ser humano, Skynet, boom. Gracias a la ciencia ficción podemos decir que estamos lo suficientemente advertidos, pero eso no cambia el hecho de que el aprendizaje de máquinas es una línea perfectamente válida de investigación, con el potencial de aportar grandes beneficios. En la Universidad de Washington State, no sólo están explorando nuevas formas para que un ordenador aprenda, sino también para que enseñe lo aprendido a otro sistema similar. Los investigadores prepararon a dos “agentes” (una expresión común para describir a robots virtuales) que asumieron el clásico rol “maestro-estudiante”, y las lecciones estuvieron basadas en dos históricos videojuegos como son Pac-Man y StarCraft.
Eventualmente, los investigadores lograron comprobar que el agente estudiante, además de aprender los juegos del agente maestro, también lo superó. La idea de que un robot le enseñe a otro es atractiva debido a que puede resolver varios aspectos de compatibilidad a la hora de trasladar parámetros ya establecidos hacia una nueva plataforma (después de todo, no se trata de algo tan simple como desplazar un viejo disco duro a un ordenador más reciente). Imagina por un momento a un robot que está a punto de ser retirado de una línea de producción. Si el robot fuera capaz de entrenar a su reemplazo, se evitaría todo el proceso manual de descargar, adaptar y reinsertar los datos en el nuevo hardware. La parte más complicada detrás de este método se encuentra en el desarrollo de algoritmos que establezcan cuáles son los momentos ideales para que un agente maestro haga sugerencias y/o correcciones a sus alumnos robóticos.
El profesor Matthew E. Taylor, quien desarrolló el informe principal del proyecto, explica que el objetivo a largo plazo es lograr que los robots compartan su conocimiento con seres humanos, y allí surge la razón de usar videojuegos, debido a que son un excelente “cebo” para atraer participantes de carne y hueso. Honestamente tiene razón, porque jugar Pac-Man y StarCraft en nombre de la ciencia no puede acarrear nada malo que digamos… más allá de una perturbadora pérdida de productividad personal.