Los robots que se crean en los laboratorios por estos días están adquiriendo no sólo una apariencia humana escalofriante, sino también habilidades que hasta podrían sonrojar a muchos humanos por la eficiencia con la que las realizan. Uno de ellos es el robot Justin de la DLR, que en una nueva desmostración pública de sus capacidades se lo vio atrapando dos pelotas simultáneamente con una destreza sorprendente. Luego de la hazaña, y como para brindar por su tasa de 80 por ciento de aciertos, preparó café para el equipo.
A ver. Estos entes abióticos son máquinas de hierro, aluminio y otros materiales, los mueve un código predeterminado, están limitados en cuanto agilidad pero cada vez menos, no piensan por sí solos pero los valores de modificación de acción según escenario son cada vez más amplios –pueden llamarle inteligencia artificial de segundo grado- y los promedios de acciones exitosas se están elevando a niveles que superan a la de algunos humanos cortos de habilidades motrices. Esto asusta o genera expectativas por igual, y hace poco vimos a unos quadricópteros que hacían malabarismo de forma cooperativa y la sorpresa ante el rango de éxito fue notoria. Pero cuando a esta eficacia se le agregan detalles más humanos y motricidad fina de avanzada, los resultados son robots como Rollin’ Justin.
Este robot desarrollado por DLR –Centro Aeroespacial Alemán-, más específicamente por el Instituto de Robótica y Mecatrónica ha conseguido un nuevo hito en su progreso como plataforma de manipulación móvil avanzada. El año pasado Ariel nos contaba sobre la incursión de Justin en la industria espacial como mecánico espacial robótico, y este tipo de misiones no son más que fiel reflejo de su avances. En esta ocasión nos hemos hecho con un reciente vídeo de la nueva versión de Rollin Justin mostrando sus modificaciones a nivel captación de movimiento, cálculos en tiempos ridículamente rápidos y una motricidad fina que asombra. La demostración cuenta con una sección en la que se ve a Justin atrapando 2 pelotas al mismo tiempo lanzadas por un investigador, con una precisión que ronda el 80 por ciento.
Para hacer esto, Justin utiliza un sistema de cámaras a bordo con las cuales mide trayectoria de los lanzamientos, velocidad de cada uno y la posición final relativa tomando en cuenta valores de diferente índole que lo hacen acomodarse para recibir las pelotas con un margen de error mínimo, con 80 por ciento de casos positivos. Logro éste que se desprende de su posicionamiento a 2 cm de un punto desde donde sólo necesite de 5 milisegundos para hacer el movimiento que dará reposo a las pelotas. La hazaña pudo haberse terminado allí mismo y todos a celebrar a sus casas, pero en el vídeo se muestra que gracias a la motricidad fina y los progresos en la articulación de miembros débiles como los dedos, Justin puede preparar café utilizando movimientos sensibles con símil visión artificial y reguladores de peso y presión para los brazos y manos del robot. No lo sé. Pero por más rico que me prepare el café, a mi me da miedo de que por atrapar alguna pelota voladora me lo tire encima.