Si seguimos de cerca a las misiones espaciales en las que se han utilizado robots, veremos que tarde o temprano, dichas misiones se han visto comprometidas por fallas de diferentes tipos. En casos extremadamente específicos, fue posible realizar reparaciones remotas, pero de momento, no podemos enviar a un humano a asistir al robot. Lo ideal sería que el robot pueda repararse a sí mismo, o mejor aún, fabricar a otro para continuar con su misión. Todavía estamos un poco lejos de eso, pero este desarrollo de la Universidad de Pennsylvania conocido como FoamBot, parece colocarnos en el camino correcto.
Hay muchos lugares a los cuales un humano no puede llegar, demasiados a decir verdad. La tecnología nos ha ayudado a superar muchos límites, pero los robots siguen siendo nuestros mejores aliados a la hora de ir a lugares o hacer cosas que están fuera de nuestro alcance. Aún así, no dejan de ser creaciones imperfectas, y como tales, necesitan de reparaciones y mantenimiento. En la gran mayoría de los casos, el elemento robótico es sacrificado cuando cumple con su misión o enfrenta un problema que está más allá de una solución práctica. Sólo basta con estudiar de cerca la famosa “maldición marciana” para comprobar que, aún con nuestras mejores habilidades e intenciones, una falla puede presentarse en cualquier momento.
Así es como entra en la ecuación la posibilidad de que un robot pueda repararse a sí mismo, o por qué no, fabricar a otro. Existe un proyecto llevado adelante por el Modlab de la Universidad de Pennsylvania, llamado FoamBot. El FoamBot se basa en una plataforma central, la cual puede liberar a una cierta cantidad de módulos. Estos módulos se colocan luego en una posición determinada, y la plataforma procede a “unir” los módulos con una espuma especial. Una vez solidificada, la espuma hace de “cuerpo” para los módulos, que operando de forma sincronizada le dan forma a un nuevo robot.
Ambos vídeos nos muestran varias señales de inmadurez en el proyecto (desde la aplicación caótica de la espuma hasta la velocidad y las restricciones en las fuentes de energía), pero el concepto es más que interesante. Los módulos en cuestión están actualmente limitados por su capacidad de movimiento, pero nadie niega que el día de mañana esos módulos sean mucho más complejos, con ruedas, brazos, y otra clase de soportes. El FoamBot también guarda un enorme potencial en el manejo de materiales peligrosos, como sustancias tóxicas o artefactos explosivos de dudosa estabilidad. ¿Lo veremos en acción? Honestamente, no sabemos si saldrá del laboraotorio, sin embargo, bien podría ser la puerta de acceso para proyectos aún más avanzados.