Debido a los riesgos que implica la energía nuclear y la manipulación de químicos inestables, la humanidad siempre está al borde de salir despedida por los aires, y cuando alguna de estas situaciones se dan y hay que buscar sobrevivientes o dar informes sobre la situación, los robots de asistencia son la mejor alternativa para llegar a los lugares donde los humanos no podemos. Ahora unos investigadores alemanes han presentado a un robot araña de última tecnología, que conjuga agilidad, resistencia, informatividad y la posibilidad de ser económico gracias a la impresión 3D.
Así como otras grandes ramas de la ciencia, la tecnología de la robótica tiene como génesis no únicamente las fantasías realizadas por los directores y escritores de ciencia ficción, sino los acontecimientos tristes como ser las tragedias desatadas por los terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas, entre otras catástrofes en las que tenemos mucha culpa, como en las guerras y en los desastres nucleares. En cualquiera de estas situaciones de emergencia, se dan situaciones en las que la buena voluntad humana para socorrer a los heridos y atrapados se ve limitada por cuestiones físicas o de riesgo vital, y aquí es donde los robots nos pueden dar la asistencia necesaria. Sobre robots que ayudan se ha escrito mucho y se han visto demostraciones de prototipos que hoy están disponibles y ayudando en este tipo de acontecimientos pero siempre estamos abiertos a ver más alternativas para acceder allí a donde el humano no puede, como es el caso de estos robots arañas impresos.
Construidos por el Fraunhofer Institute, originario de Alemania pero con científicos e ingenieros de todo el mundo, este nuevo robot araña podría ser uno de los modelos más completos de robots asistenciales o de rescate en cuanto a cualidades de movimiento pensadas, especialmente, para accidentes químicos. Para dividir la importancia que tiene cada aspecto de su estructura, podríamos decir que un 25% de su habilidad para el rescate se origina en la agilidad que tiene dada la forma de sus ocho miembros articulados, que le permiten meterse tanto en estructuras tubulares como caminar por los techos. De hecho, algunos modelos de estos prototipos pueden hasta saltar con mecanismos hidráulicos. El segundo componente de su capacidad es la resistencia y los componentes de su cuerpo, que le permiten soportar temperaturas extremas, tanto en calor como en frío, además de humedad o derrames de líquidos.
El tercer aspecto es la operatividad remota de su movimiento, así como la utilización de sus sensores para detectar pérdidas y temperaturas junto a otros medidores. Este Robot Araña cuenta también con cámaras de vídeo con sonido que permiten tener una instantánea en tiempo real de la situación a kilómetros de distancia. Completando el porcentaje en el que hemos dividido su eficiencia está su relativo bajo costo posible en base a la construcción, perdón, impresión de sus componentes a través de finas capas de polímeros que guardan resistencia y flexibilidad en el justo balance. Esto último es un proyecto para la creación de los prototipos siguientes, pero no cabe duda que los investigadores han pensado en todo para que el del robot araña este sea un proyecto con posibilidades concretas de volverse una realidad. Una muy útil realidad.